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Con la excusa de tomar un licuado, panadero drogó a ahijada y la abusó

SCaldia
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“Mami te quiero contar algo. Mi padrino me toca ahí”, fue la atónica y abrumadora confesión de una niña de 11 años.

Eran aproximadamente las dos de la mañana del jueves pasado, cuando la víctima rompió el silencio y contó el calvario que estaba viviendo en manos de su padrino.

Es la última de cinco hermanos y vive junto a sus padres en el barrio Primera Ampliación Borges. Su padrino es un panadero de 50 años, quien reside en el barrio Segunda Ampliación Borges.

El sujeto era amigo de la familia desde hacía diecinueve años. Era “como uno más del hogar”. Compartían almuerzos y reuniones familiares, ya que era una persona solitaria. Logró captar la confianza de sus amigos, al punto tal de ser el padrino de su última hija.

Con el paso del tiempo, la menor comenzó a tener cambios de conducta.

“Ella estaba todo el día nerviosa y le contestaba mal a mis otros hijos”, dijo la madre de la víctima. Fue en ese momento que el ama de casa comenzó a sospechar que algo estaba pasando.

El jueves de la semana pasada, el panadero buscó a su ahijada. La llevó a su casa a tomar un licuado, algo que se repetía en dos o tres oportunidades por semana.

Sin embargo, al regresar, la menor estaba diferente. Su rostro demostraba que algo le había pasado. Su padrino, la dejó y se fue sin decir adiós.

Una de las hermanas le preguntó “si había cenado”, por lo que la estudiante de sexto grado dijo que no: “No comí nada porque mi padrino dijo que no tenía plata”, respondió y se retiró a su habitación. Su madre ahondó en preguntas, hasta que la víctima rompió el silencio. Madre e hija quedaron sentadas en la cama, llorando.

De acuerdo con lo manifestado por la víctima, el sujeto la habría manoseado en reiteradas oportunidades y luego la amenazó de muerte.

El ama de casa radicó la denuncia penal en la Comisaría Primera del Menor y la Mujer, por lo que la Fiscalía ordenó la investigación del caso.

Drogada y accedida

Ante el médico forense, la niña reveló que la última vez que vio a su padrino había pasado algo dudoso. Se había acostado a dormir en la cama de él y cuando despertó estaba mojada y mareada.

La víctima habría consumido alguna sustancia en la bebida, por lo que se desvaneció. La situación fue aprovechada por el agresor, para accederla carnalmente.

El forense constató que presentaba lesiones en la zona vaginal compatibles con un abuso sexual, revelaron fuentes ligadas con la causa.

“Mami tenía vergüenza”, dijo la menor

El ama de casa estaba atónita mientras escuchaba el relato de su hija. La niña desconsolada respondía las preguntas de su madre.

“Mami no te conté nada porque tenía miedo. Me dijo que nadie me iba a creer porque él iba a decir que no era verdad. Mami yo tenía vergüenza”, expresó la víctima.

Tras la denuncia realizada, y al conocerse que se trató de un abuso sexual con acceso carnal, la menor indicó: “Quiero contar todo lo que me está pasando, porque quiero que vaya preso”. La víctima recibirá atención psicológica.

“Si lo tuviera frente de mí lo mato”

Con lágrimas y con la voz quebrada, la mujer dijo: “Si yo lo tuviera delante de mí, lo mato. No tenía por qué hacerle esto a mi hija. No debía, porque nosotros confiábamos en él. Tenía que haberla cuidado y ayudado, no hacerle esto”.

“Hoy solo quiero que se haga justicia. Que pague por lo que le hizo a mi hija. Si bien mi hija está más tranquila, tiene que pagar este sujeto el daño que le hizo a la criatura y a nuestra familia”.

Finalmente, dijo: “Si son víctimas de abuso, hay que contar a un familiar para que todo termine”.

Fue apresado cerca del trabajo

Tras un arduo trabajo de investigación, los efectivos de la brigada interna de investigaciones de la Comisaría Comunitaria 8ª logró aprehender al depravado. El sujeto fue apresado cuando se dirigía a trabajar en una panadería que se encuentra ubicada en el barrio Libertad.

Por disposición del Ministerio Público Fiscal fue imputado del supuesto delito de abuso sexual con acceso carnal, en perjuicio de su ahijada de 11 años.

El sujeto será indagado la semana entrante, por el fiscal que instruye el aberrante hecho.

Tendría otra causa por abuso

Días después de que la niña contara el calvario que estaba viviendo, su hermana decidió “escrachar” en las redes sociales al agresor. Fue así que una vecina del barrio Rivadavia, donde solía vivir el agresor, se contactó con la familia.

“Mi hija tenía 9 años cuando él la abusó”, dijo la mujer a la familia del barrio Primera Ampliación Borges. Ese hecho se produjo hace cuatros años, y la madre de la menor radicó la denuncia penal. En aquella oportunidad, la menor no brindó detalles del abuso, puesto que sentía miedo hacia el agresor.

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