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“El colectivo y el fantasma del cementerio”: los mitos urbanos más perturbadores

SCaldia
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Testimonio. Hace muchos años Jorge conducía un colectivo de la línea 9, normalmente hacía 7 u 8 vueltas nocturnas (en ese entonces existían recorridos por la madrugada).

Una noche a la una de la madrugada se subió una señorita en calle Rivadavia y Santiago del Estero, la mujer que recogió estaba vestida de blanco. Fue con el coche hasta la cancha de unión con la pasajera a bordo, hasta ese entonces él no percibía nada extraño. Cuando iban llegando al “club barranquitas” ella le preguntó si le prestaba la campera, el muy amablemente le contestó: “sí, sin ningún problema.”

Hace muchos años el 9 doblaba por el cementerio en una curva, por lo cual cuando llegaron hasta el lugar ella toco el timbre y se bajó, para luego ingresar en el cementerio. Jorge recuerda que en el coche iban ocho pasajeros: 3 hombres y 5 mujeres, entre ellas se encontraba la señorita de blanco. Cuando la dejo en la parada todos observaron sorprendidos que ingresó al cementerio atravesando la pared.

Sin poder olvidar el asunto, al otro día a las once de la mañana, Jorge ingresó al cementerio y comenzó a caminar hasta que llegó a la iglesia que está en el medio del lugar, allí observó sorprendido que en una de las lápidas estaba su campera. Hasta el día de hoy la recuerda como una señorita hermosa de aproximadamente 23 años, que parecía totalmente normal. Además asevera que a los muertos no hay que tenerles miedo.

Mientras tanto usted elige entre creer o reventar.

Aire de Santa Fe

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