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Se acerca a la Tierra un sorpresivo cometa, este fin de semana

SCaldia
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La presencia de cuerpos celestes provenientes de otros sistemas solares, es algo relativamente nuevo para los astrónomos. Tal vez recuerden la sorpresiva aparición de Oumuamua en el 2017, toda una novedad para los científicos que aprovecharon su cercanía con la Tierra para estudiar el objeto interestelar. Ahora, las posibilidades de seguir estudiando este tipo de cuerpos celestes resurge, gracias a la llegada de un gran cometa, una oportunidad histórica que nadie quiere dejar pasar.

Se trata del cometa 2l/Borisov, (conocido como Borisov a secas), es el primer cometa interestelar que los astrónomos logran descubrir, y los cálculos precisos indican que va a recorrer este fin de semana (el último del 2019), la sección de su órbita con mayor cercanía a la Tierra. Borisov proviene de otro sistema solar vecino y será visible desde nuestro planeta, incluso sin equipos super sofisticados. Con telescopios de potencia moderada será posible observarlo, y además permanecerá cerca hasta abril del 2020 como para poder estudiarlo por varios meses más, aunque ya no de tan cerca.

¿Cuándo pasará y qué tan cerca?

El momento de mayor aproximación de Borisov a nuestro planeta será este sábado 28 y domingo 29 de diciembre. Pasará a través de las constelaciones Cráter e Hidra y logrará ubicarse a unos 290 millones de kilómetros de nuestro planeta, eso es casi el doble de la distancia Tierra-Sol. Significa que estará lo suficientemente cerca como para poder verlo y analizarlo en detalle, y a su vez también lo prudencialmente alejado como para no afectar la “armonía” terrestre.

El pasado 8 de diciembre Borisov alcanzó el perihelio, que es el punto más cercano al Sol en su circuito por el sistema solar. Mientras más se acerca el cometa a nuestra estrella sus materiales reaccionan con mayor intensidad. Los científicos esperaban la oportunidad de poder descubrir: de qué está hecho su núcleo, cómo es su movimiento de rotación, y cuál es el tipo de gases que contiene, justo en el momento de mayor radiación recibida. Pero, la cercanía con nuestra estrella no fue suficiente para lograr deshacer algunos elementos de la superficie del cometa y obtener la información.

Por otro lado, el calor del Sol sí provocó cambios en la figura de 2l/Borisov, tornándose algo “fantasmal”, según indican los científicos que lo estudian. Ahora ya inició la parte del viaje de regreso hacia el frío espacio interestelar, pero no sin antes pasar de visita a unos millones de kilómetros de nuestra Tierra.

Lo que se sabe de 2l/Borisov

Se cree que este cometa comenzó su viaje interestelar tras la colisión con un planeta en su propio sistema. Fue descubierto el 30 de agosto de este año por Gennady Borisov, un astrónomo aficionado de Crimea, (en honor a su descubridor se lo bautizó con su nombre). Se cree que apareció por la constelación de Casiopea en el hemisferio norte, y Gennady logró verlo por primera vez atravesando la constelación de Cáncer. Lo logró utilizando un telescopio de 0.65 metros de diámetro fabricado por él. Inmediatamente después del hallazgo dio aviso.

Gracias a las observaciones más recientes, los científicos han encontrado que su núcleo es casi 16 veces más pequeño de lo estimado en las primeras investigaciones, posee un radio de apenas medio kilómetro, y su característica más importante es que este núcleo no brilla.

cometa Borisov
Imagen de Borisov tomada el 24 de noviembre, por un grupo de astrónomos de la Universidad de Yale, con un espectrómetro del Observatorio WM Keck, en Hawái.

En cambio su cola es mucho más larga, mide 160 mil kilómetros de largo, ¡casi 14 veces el diámetro de la Tierra! 2l/Borisov no posee una órbita ovalada como la de los cometas conocidos, es hiperbólica; además se mueve a unos 33km/s, por tal motivo el Sol no puede capturarlo para que lo orbite. Es mucho más veloz que cualquier otro cuerpo similar conocido girando alrededor de una estrella.

Pero lo que más le interesa a los astrónomos no es su trayectoria actual (porque se mueve de acuerdo a las leyes físicas conocidas), sino su composición y morfología. La composición química de Borisov es aparentemente similar a la de los cometas encontrados en nuestro sistema planetario (hielo y polvo), y esta característica a los científicos les despierta curiosidad, porque es prácticamente indistinguible de los cometas locales.

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