Una investigación descubrió que la arcilla tiene la posibilidad de absorber gotas de grasa en el intestino.
Increíble. Ni las dietas altas en proteínas, ni las bajas en grasas, ni las ricas en carbohidratos, ni siquiera las equilibradas. El nuevo sorprendente método para adelgazar no utiliza ninguna de esas fórmulas, sino algo mucho más sencillo: comer tierra.
Sí, aunque parezca increíble, un estudio realizado por la Universidad del Sur de Australia descubrió de casualidad que la arcilla tiene la posibilidad de absorber gotas de grasa en el intestino.
«Estaba investigando la capacidad de los materiales de arcilla para mejorar la administración oral y la absorción de fármacos antipsicóticos, cuando noté que las partículas de arcilla no se comportaban como esperaba. En vez de descomponerse para liberar medicamentos, los materiales arcillosos atacaban las gotas de grasa y, literalmente, las absorbían«, explicó en un comunicado que publicó Startsat60.com, el investigador Tahnee Dening.
La investigación, cuyos resultados fueron publicados en el Diario de Investigación Farmacéutica, también detalla que la obesidad le cuesta a la economía mundial cada año más de 2 billones de euros.
¿Una solución a la obesidad?
El científico explica que los materiales arcillosos no sólo atrapan las grasas, sino que también evitan que sean absorbidas por el organismo. Esto se consigue garantizando simplemente que la grasa pase a través del sistema digestivo. Para Dening, es “este comportamiento único el que hace que nos planteemos algo importante: potencialmente, una cura para la obesidad”.
La obesidad afecta cada día a más personas en todo el mundo y se ha convertido en uno de los mayores problemas de salud de la sociedad moderna. Además, la obesidad tiene otros riesgos asociados como enfermedades cardiovasculares, la diabetes o algunos tipos de cáncer. Las cifras en Australia, país de los investigadores, son impresionantes: casi dos tercios de los adultos australianos tienen sobrepeso o están obesos.
No sólo eso, lo mismo sucede a uno de cada cuatro niños australianos, pero no es un asunto que afecte específicamente a este país oceánico. En nuestro país las cifras no son mucho mejores: según la Organización Mundial de la Salud (OMS) Argentina lidera el porcentaje de obesidad en menores de cinco años en América Latina.
La tierra que ha dado estos resultados tan impresionantes se llama montmorillonita: se trata de un material de arcilla natural purificada y una arcilla sintética llamada laponita. Se hizo un estudio con ratas, divididas en dos grupos: unas fueron alimentadas con montmorillonita y una dieta alta en grasas, mientras las otras siguieron también una dieta alta en grasas y un producto para la pérdida de peso líder en el mercado llamado Orlistat. Los resultados confirmaron las expectativas.
¿La tierra adelgaza?
El experimento duró dos semanas, tras las cuales los investigadores analizaron las ratas y encontraron que ambos grupos del estudio habían experimentado una pérdida de peso, pero las que se alimentaron con arcilla tuvieron un resultado más beneficioso para adelgazar que el grupo de ratas que usó el fármaco.
Para Dening, el éxito se da porque esa arcilla procesada “tiene un área de superficie inusualmente alta, lo que significa que tiene una gran capacidad para interactuar y absorber las grasas y los aceites presentes en los alimentos que comemos. Al contrario de lo que sucede con el Orlistat, que “es un inhibidor de enzimas que bloquea hasta el 30 por ciento de la digestión y absorción de grasas en la dieta, lo que conduce a la pérdida de peso, pero tiene efectos secundarios desagradables como dolor de estómago, hinchazón, flatulencia y diarrea, lo que limita su uso en la pérdida de peso ya que las personas prefieren dejar de usarlo”.
El siguiente paso en la investigación es saber si se podría usar la arcilla junto al Orlistat para tratar la obesidad en los humanos. Tahnee Dening explica que “estamos atacando la digestión y absorción de grasas de dos maneras diferentes y esperamos que esto conduzca a una mayor pérdida de peso con menos efectos secundarios”.
Otros beneficios de la arcilla que ya se conocían
La idea de consumir tierra suena poco apetitosa, pero en la práctica existe una larga historia sobre esta extraña dieta que se realiza a nivel mundial por un grupo reducido de personas.
Según informe de 2014 realizado por Sera Young, investigadora de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York, la forma común de comer tierra es hervirla, la cual podría proteger al organismo contra invasores como gérmenes y parásitos.
La dieta se realiza con mayor frecuencia en regiones tropicales donde abundan los microorganismos. Quienes consumen con mayor frecuencia la tierra son niños y embarazadas, personas con un sistema inmunológico más vulnerable y más propensos al ataque de patógenos.
El uso medicinal de la arcilla se remonta a los inicios de la humanidad, donde era utilizada para curar heridas y problemas inflamatorios. Los historiadores creen que se debe a una imitación sobre los animales, los que cuando tienen una lesión se revuelcan en la tierra.
Antiguos documentos han establecido que médicos egipcios utilizaban la tierra contra inflamaciones, la que aplicaban con fangos calientes del rio Nilo para tratar enfermedades reumáticas.
«La arcilla es una sustancia viva que actúa con discernimiento y frena la proliferación de cuerpos parasitarios favoreciendo la reconstitución celular. Por su poder de absorción neutraliza y drena las impurezas de los tejidos, retiene todo tipo de líquidos absorbiendo los malos olores», explica el naturópata francés, Raymond Dextreit.
«Comer arcilla es una situación común en África para evitar las deficiencias de zinc en el organismo, lo cual no es propio en los países desarrollados», sostiene el director del Departamento de Nutrición y Dietética del King´s Collage de Londres, Rick Wilson.
El especialista enfatiza en la necesidad de tener precauciones, ya que la ingesta de arcilla o tierra sin tratamiento para el consumo, puede contener arsénico, plomo, u otros elementos capaces de afectar la salud.
Cuando la arcilla sufre una elevación brusca de la temperatura pierde gran parte de su poder terapéutico, por lo tanto se debe evitar un calentamiento brusco al prepararla, evitando sobrepasar la temperatura de ebullición del agua.
La arcilla seca no tiene tanto valor terapéutico; las verdaderas propiedades se encuentran cuando la arcilla es previamente humedecida. Actualmente se utilizan baños de arcilla para combatir enfermedades como la artritis, reuma, enfermedades de la piel, dolor después de una fractura o un esguince.
Propiedades de la arcilla
– Remineralizante
Esta propiedad varia en función de los oligoelementos que posee, siendo algunas clases de arcillas más remineralizantes que otras.
– Cicatrizante
Asegura
la regeneración de los tejidos y permite reducir las cicatrices gracias
al silicato de aluminio que existe en su composición.
– Estimulante
La presencia de abundantes oligoelementos permite una acción de reequilibrio y estimulación de la piel. Despierta la actividad de las glándulas deficientes, regulando nuestro metabolismo y equilibra el exceso de energía.
– Antiséptica o antibacteriana
A diferencia de los fármacos, cuya acción no distingue entre sustancias benéficas y nocivas para nuestro organismo, la arcilla es una sustancia viva que actúa donde se necesita.
Asimismo detiene la proliferación de microbios y los elimina, favoreciendo la regeneración de la célula sana.
– Absorbente
Debido a su porosidad posee un gran poder de absorción, lo que le permite absorber gran cantidad de calor, atrayendo hacia sí las toxinas acumuladas balo la piel, logrando de esta forma que sean expulsadas.
– Depurativa
Por su capacidad de drenar y evacuar toxinas.
– Sedante
Calma dolores, inflamaciones, edemas y úlceras, siendo muy eficaz en el tratamiento de golpes, heridas, quemaduras, picaduras e irritaciones así como en contracturas musculares.
– Estética
Mejora el aspecto de la piel produciendo un peeling natural, oxigena, estimula la circulación sanguínea, elimina toxinas, fortalece tejidos, su acción antimicrobiana y antiséptica es ideal para acné y alopecias.
Es regeneradora celular y antiinflamatoria.