Al parecer las autoridades de la zona quisieron dar buena cuenta de la ingente cantidad de droga que habían incautado a los narcotraficantes. Para ello montaron una enorme fogata en medio de Tangerang y quemaron en ella las 3,3 toneladas de marihuana confiscada.
Para quemar la carga, que tenía un precio estimado de casi un millón de dólares, los policías usaron máscaras, pero los civiles se quedaron sin protección.
«Tengo mucho dolor de cabeza porque yo no llevaba máscara», explicó uno de los residentes a The Jakarta Post.
La policía también destruyó 1.8 kilos de metanfetamina cristalina, 2.538 pastillas de éxtasis y heroína.
El jefe de la policía de Tangerang explicó que la marihuana se encontró el 2 de febrero y que la heroína había sido confiscada a unos contrabandistas en las aduanas del aeropuerto.