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San Cristóbal: La promo 2020 sin fiesta ni viaje de egresados

SCaldia
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El último año de la escuela secundaria es el más esperado por los alumnos que se preparan para empezarlo con grandes expectativas y terminarlo de la mejor manera.

Cuando culmina esta etapa, los jóvenes  pasan a una edad adulta con mayores responsabilidades y decidiendo, en su gran mayoría, continuar con una carrera terciaria o universitaria. Ya a sus 18 años planean su futuro y dejan de ser “los más grandes de la escuela”. Muchos de ellos dejan la casa de los padres y se mudan solos a una ciudad grande, emprendiendo un nuevo desafío.

En este 2020, cuando comenzaba el ciclo lectivo, de repente llegó el covid y la cuarentena que truncó los proyectos y sueños de los chicos de quinto o sexto año del nivel secundario.

Quien realmente disfrutó de la experiencia y de todas las actividades que solamente se pueden realizar en el último año, entiende el dolor, la tristeza y la desilusión de los jóvenes que no pudieron disfrutarlo como se lo merecen.
Acerca de esto fue lo que El Departamental charló con Celina Diozque, Fiona Gaitan, Santiago Mussin y Carolina Vivas, alumnos de quinto año de la escuela Nº 40 “Mariano Moreno”.

Los chicos contaron cómo se sienten, qué esperaban de este 2020 y de todas las experiencias que se perdieron por el covid.

“Empezamos con todas las energías, motivados con las fiestas proyectos, las reuniones con padres, con alumnos, la organización de la fiesta, las ideas para la recepción como lugar, servicio, sonido. Después con la cuarentena se fue desarmando, estuvimos con esperanzas y ya no. Ahora surge la idea de hacer una cena de velas sólo nosotros, sin familias ni amigos pero no podemos juntarnos todos los chicos de la promo para llegar a algo en concreto”, dijo Santi.

Con respecto a la graduación, el 12 de diciembre era la fecha confirmada y el lugar el local bailable Cataleya. Los chicos realmente tenían todo pensado y, sobre todo, ideas lindas e innovadoras, pero quedó suspendida.

“Ya teníamos todo organizado, había padres que se iban a encargar de los servicios, otros del sonido, pero no se alcanzó a confirmar. Se fue postergando, primero dos semanas, después dos semanas y ahora ya está. Quiero creer que podemos hacer algo porque todo tiene una etapa, llegar a quinto, los rituales que se hacen para finalizar y ponernos las pilas para la facultad y no lo tuvimos”, contó Fiona.

En cuatro meses los alumnos empezarán la facultad, otra experiencia hermosa que no podrán disfrutar durante el inicio. Ellos no pueden creer que tan rápido termine una etapa y comience otra y de a poco lo van asimilando.

Los chicos de la promo de la “escuela nacional” no se volvieron a ver personalmente desde el mes de marzo, eran más de 70 alumnos, pero algunos de ellos decidieron recursar quinto año en el 2021 y no asistieron a las clases virtuales ni hicieron los trabajos que enviaron sus docentes a diario por diferentes motivos.

Los alumnos atravesaron todo tipo de dificultades y estrés desde que comenzó la pandemia y todo cambió.

“Al principio había dificultades, por ejemplo yo no tenía celular y tuve que manejarme con el de mi viejo, era mucha voluntad de uno mismo, había complicaciones que no te dejaban acceder a lo te mandaban los profes”, explicó Fiona y los entrevistaron agregaron que “ahora hay muchos profesores que te dan ayuda o van hasta tu casa pero cuesta  y no es culpa de nadie sino que nos agarró a todos desprevenidos”.

En cuanto al tan esperado viaje de egresados, la tradición es viajar a San Carlos de Bariloche y disfrutar de todo lo que ofrece esa hermosa ciudad. No todos tuvieron la posibilidad por los costos, algunos eligieron otros destinos como Brasil pero tampoco se pudo dar. Celina y Fiona sí iban a viajar, desde tercer año que venían pagado el viaje y lo terminaron de abonar en el mes de agosto. Por el momento no está suspendido definitivamente sino que la empresa de turismo Travel les comunicó que existe la probabilidad de viajar el próximo año, si se dan todas las pruebas y se reactiva el turismo en el país.

“Terminamos de pagar el viaje en agosto, estuvimos esperando que Travel nos conteste pero todavía no hay respuestas. Por lo que vemos en las redes puede haber una posibilidad que viajemos, van hacer la prueba piloto y de ahí nos van a decir si hay posibilidad o no. La devolución de dinero se hace si la empresa cancela el viaje, si lo cancela uno se devuelve un porcentaje. Seguramente sea el año que viaje pero por la facultad y las clases presenciales no lo sabemos”, expresaron las jóvenes.

Ante tantos cambios y desilusión por todo lo planeado, los padres tuvieron un rol fundamental en contener y acompañar a los chicos. Los vieron llorar o enojarse y los apoyaron muchísimo.

“Mis papas me dicen que este al día con la escuela, trato de hacer mi mayor esfuerzo pero cansa estar muchas horas frente a la computadora, la vista, la salud mental, el encierro. No me dejaban salir de casa solo para hacer algún mandado y volver”, dijo Caro.

Son muchas cosas que se perdieron y que no las van a volver a recuperar porque hay actividades y rituales que se dan exclusivamente en el último año de la secundaria como la elección y bautismo de Coyas y Patagones, a cargo de los chicos de quinto año, el Granenco que organiza la escuela Nº 474 de San Cristóbal, los encuentros de promociones con alumnos de otras localidades, las competencias deportivas e intelectuales, el festejo del último día de clases, la creación del centro de estudiantes o hasta ser diputados por un día en Santa Fe, entre tantas otras experiencias.

“Este año íbamos a participar mucho más en Coyas y Patagones por ser el último. Nos íbamos a postular como autoridades. Otra de las cosas más triste fue que pudimos ir una semana con las remeras y camperas de la promo, no nos pudimos sacar fotos en la escuela, nos tuvimos que sacar fotos en casa. Teníamos muchas expectativas y todo quedó en la nada”, dijeron Caro, Celi, Fiona y Santi.

Cuando les consultamos a los jóvenes, específicamente, cómo pueden describir lo que sienten, dijeron lo siguiente:

“Yo siento tristeza, era el año que esperé desde que tengo 10 años y empiezo a conocer, lo que es el vestido de la fiesta ya tenía todo, pero, pasó esto y lo tuve que asimilar con el tiempo. Fueron duros los primeros meses pero acá seguimos”, fueron las palabras de Carolina.

“Los primeros meses de cuarentena estaba como tranquila porque no sabía que iba a durar tanto, pero ahora siento tristeza, impotencia, siempre sostengo que hay cosas peores, porque la fiesta y el viaje son como cosas materiales”, manifestó Celina.

“Al principio era tranquilidad y hasta un poco de felicidad, las primeras dos semanas sin ir a la escuela, después tener clases y organizarte como vos quieras y poder hacer las tareas a la hora que quieras. A mediados de año me fue haciendo falta el contacto con el curso, con los profesores. Para la recepción, los chicos somos más sencillos para la ropa pero la fiesta nos gusta a todos”, dijo Santiago.

“Yo estoy enojada, desilusionada, estaba muy ilusionada con absolutamente todo, tenía expectativas muy altas y no es culpa de nadie, hay que bancársela. Ya había visto el vestido, con quién iba a entrar a la fiesta, un amigo se iba a vestir igual que yo, ya había pensado hasta en los más mínimos detalles y no veía la hora que llegue ese momento. Quería participar en muchas actividades que no pude antes porque había que llegar a quinto para hacerlas, todas oportunidades y ahora no hay nada de eso, cambió todo. Lo perdimos. Ojalá tengamos la posibilidad que se pueda hacer algo mínimo para nosotros, al aire libre, con todos los protocolos para darle un cierre simbólico a la secundaria y empezar la facultad”, expresó Fiona.

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