Ad image
Ad image
Ad image

Promesas rotas y desagradecimiento: el municipio no puede ni arreglar un techo

Reciben millones, pero siguen pidiendo más. El intendente Andreychuk se jacta de la autogestión, pero depende de aportes externos y, en lugar de agradecer, se queja de que el dinero no es suficiente.

SCaldia
1

La Terminal de Ómnibus de San Cristóbal es responsabilidad del Gobierno Municipal, pero a tres meses de la tormenta que destruyó su techo, la estructura sigue sin arreglarse. Durante una reunión en el Liceo Municipal, el senador provincial Felipe Michlig entregó al intendente un aporte no reintegrable de $10.000.000 del Gobierno de la Provincia, otorgado por emergencia climática. Sin embargo, lejos de mostrar gratitud, el municipio se lamentó porque la cifra no cubre el costo total y exigió más fondos.

Ad image

Pero este no es el único problema que muestra la inoperancia de la gestión municipal. Mientras el intendente sigue repitiendo el discurso de la autogestión, la realidad de la ciudad dice otra cosa: las calles de ripio están destruidas, llenas de pozos y barro, convirtiéndose en un peligro para los vecinos que circulan a diario. No solo dañan vehículos y motos, sino que ya han provocado accidentes que podrían haberse evitado con un mínimo de mantenimiento.

A esto se suma otro problema que afecta la calidad de vida de los sancristobalenses: los desagües están tapados de pasto y basura, lo que provoca anegamientos cada vez que llueve. La última tormenta dejó en evidencia la falta de limpieza y mantenimiento, con calles inundadas y vecinos afectados, pero el municipio parece mirar para otro lado.

Hipocresía e ingratitud

Mientras el intendente y sus funcionarios critican siempre que pueden al senador Felipe Michlig y al diputado Marcelo González, son ellos quienes han gestionado para la ciudad una inversión superior a los 35.000 mil millones de pesos (con obras ejecutadas, a finalizar e iniciar). Gracias a su trabajo, se logró la reparación del techo del hospital, la construcción de un nuevo jardín en la Escuela N° 40, la ampliación de los puentes en rutas que conectan la ciudad, la pronta inauguración del Centro Cívico y la terminación de la Ruta 39 con pavimentación completa.

Es decir, mientras la administración local se victimiza, no cumple con sus obligaciones básicas y sigue pidiendo más dinero, la ciudad avanza gracias a la gestión provincial, aunque al intendente Andreychuk le cueste reconocerlo.

Este episodio desenmascara la falacia de la «autogestión» que el intendente usa como bandera. Si realmente gestionaran los recursos con eficiencia, ¿cómo explican que no puedan ni cambiar un techo sin pedir auxilio? Esta administración, que prometió transformar la ciudad, no ha sido capaz ni de cumplir con lo más básico.

San Cristóbal sigue esperando la ciudad que nos merecemos. Pero con un gobierno municipal incapaz de sostener sus propias palabras, cada día parece más lejana.

Comparte este artículo
Ad image
Ad image
error: ¡El contenido está protegido!