Alan Funes y su novia Jorgelina Selerpe fueron detenidos después de que un falso agente de la DEA, Marcelo D’alessio, se jactara de haber contribuido a su arresto. Estos jóvenes narcos, pertenecientes a la nueva generación, se muestran irreverentes y violentos, exhibiendo una actitud desafiante ante los medios y las autoridades.
La rivalidad entre las nuevas generaciones de narcos se evidenció en una guerra entre el Clan Funes y los Caminos, dejando un rastro de muertes y violencia en la ciudad. Las redes sociales y los medios de comunicación han contribuido a construir perfiles de criminales más violentos y despiadados que buscan enriquecerse rápidamente.
Estos narcotraficantes de nuevas generaciones, a diferencia de sus predecesores, no muestran límites en la violencia, atacando a cualquier persona que se cruce en su camino, incluyendo menores, ancianos o familias enteras. Su estilo de vida acelerado y su disposición a usar la violencia extrema los colocan en un camino peligroso, enfrentando la muerte o la cárcel como destinos probables.
La guerra entre los clanes narcos, marcada por venganzas y asesinatos, ha creado un panorama sombrío en la ciudad, con un elevado número de crímenes en un corto período. La historia revela la complejidad y la brutalidad de estas nuevas generaciones de narcotraficantes que desafían a las autoridades y amenazan la seguridad de la sociedad.