Mujer asesinó a puñaladas, Una mujer británica recuperó la libertad, luego de haber enfrentado siete años de cárcel por haber asesinado a puñaladas al violador de sus hijos. Su caso conmueve y genera sensaciones encontradas en el este de Londres, donde tuvo lugar el hecho.
Mujer asesinó a puñaladas a un hombre
Se trata de Sarah Sands, de 38 años, quien en 2014 asesinó de ocho puñaladas a su vecino, Michael Pleasted de 77, luego de enterarse que éste había abusado sexualmente de tres de sus cinco hijos. El día de la muerte del violador, Sands tomó dos botellas de vino y fue directo a la casa del acusado.
“Lo pinché en la frente con el cuchillo y me agarró la mano. Perdí el control. No podía dejar que nadie más saliera lastimado, alguien tenía que proteger a la gente”, recordó Sarah sobre el ataque.
Horas después, la mujer se entregó a la policía con el cuchillo ensangrentado en su mano, con el que había asesinado a Pleasted. “¿Quién alberga a un pedófilo de mierda en un edificio repleto de chicos? Estaba como buscándose problemas”, le dijo a la policía antes de que le leyeran sus derechos y le recomendaran contratar un abogado.
Durante el juicio, Sarah contó cómo se enteró que uno de sus hijos era abusado por Pleasted. “Lo encontré a Bradley tirándose del pelo, temblando y llorando. No dejaba de decir ‘debería habértelo dicho antes, eso podría haber impedido que él consiguiera a esos niños más pequeños’”, dijo Sands con lágrimas en los ojos. “Fue atacado en la tienda y en su casa. Me sentí enferma y con el corazón roto”, explicó la mujer.
Sarah pasó más de siete años en pirisión, y desde que recuperó la libertad, hace campaña para endurecer las reglas sobre los delincuentes sexuales que pueden cambiar sus nombres, y así evadir la cárcel.
Cabe destacar que Michael Pleasted, de 77 años, ya tenía 24 condenas anteriores por abuso infantil. En el momento que había abusado de los tres hijos de Sarah estaba en libertad condicional, con una identidad falsa para pasar inadvertido. Había cambiado su nombre de Robin Moult para ocultar un largo pasado de pedofilia. También había abusado de otros niños pequeños en su departamento de Londres.
Uno de los hijos de Sarah, Bradley, admitió que en un principio pensó «me quito el sombrero» ante su madre cuando se enteró que ella se había encargado de hacer justicia para que el violador no haga una vida normal. Por su parte, los hermanos gemelos dijeron que se sintieron «más seguros», en tanto, Reece, que entonces tenía 11 años, dijo que era «agradable saber» que su abusador «estaba muerto».
En la entrevista, Sands admitió que aún al día de hoy siente remordimiento por lo que hizo. «Yo traigo vida al mundo. Nunca se me ocurrió que sería culpable de quitarle la vida a una persona», expresó. Sin embargo, aclaró: «Para los pedófilos, si tocas a los niños, tiene que haber consecuencias». Y esconderse detrás de los cambios de nombre… hay que quitárselo. Hay que quitarles el derecho a cambiar de nombre».
La señora Sands fue condenada por homicidio involuntario, pero absuelta de asesinato porque se consideró que había perdido el control. Fue encarcelada durante siete años y medio y más tarde diría: «Hice lo que cualquier madre haría».