En una reciente entrevista con el Diario «El Departamental», la Presidenta del Concejo, Lorena Luna, defendió el uso del «doble voto» como una estrategia para beneficiar a los ciudadanos. Sin embargo, sus acciones en el Concejo, que incluyen aumentos de impuestos y bloqueo de propuestas constructivas, plantean serias dudas sobre sus verdaderas intenciones. ¿Está realmente mejorando la calidad de vida en San Cristóbal o simplemente colaborando con su partido político?
En un análisis más detallado de sus palabras y acciones plantea serias dudas sobre la veracidad de sus afirmaciones.
Luna declaró: “En la nota que realicé para El Departamental de hoy, exploré las opiniones del partido Cambiar Santa Fe, quienes cuestionan nuestra estrategia actual de utilizar el doble voto en el Concejo, mientras justifican su propia práctica pasada. Su descontento es palpable tras la reciente pérdida del municipio, en la cual ya no tienen más el control. Desde el Concejo Municipal, nos dedicamos diariamente a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de San Cristóbal. Nuestro compromiso es firme y nuestro objetivo es claro: crear un entorno más próspero, seguro y acogedor para todos. Juntos, construimos un futuro lleno de esperanza y oportunidades para nuestra amada ciudad”.
A pesar de sus declaraciones optimistas, la realidad pintada por sus acciones es bastante distinta. La concejal Luna ha utilizado el doble voto para aprobar aumentos de impuestos municipales en cuatro ocasiones este año, afectando directamente a los mismos vecinos que dice beneficiar.
Además, con el doble voto se sancionó un presupuesto «inflado» que prioriza los sueldos políticos sobre las obras públicas, cargando una vez más el costo sobre los ciudadanos. La falta de inversiones en infraestructuras necesarias contrasta fuertemente con la imagen de prosperidad que Luna intenta proyectar.
El doble voto también ha sido una herramienta para bloquear propuestas de otros concejales, como la iniciativa del edil Maxi López para unificar la agenda ciudadana de eventos, una medida sencilla y práctica que hubiera facilitado la vida comunitaria. También se han bloqueado repetidamente pedidos de informes al ejecutivo, impidiendo la transparencia y la rendición de cuentas.
La justificación de Luna se resume en una dicotomía simplista: “nosotros somos buenos y ellos eran malos, nosotros queremos lo mejor para nuestra ciudad, por eso ellos perdieron”. Sin embargo, sus acciones sugieren que el doble voto se ha convertido en un instrumento de poder más que en una herramienta para el beneficio ciudadano.
Este uso indiscriminado del doble voto no solo cuestiona el accionar político de la concejal, sino también la efectividad de su liderazgo para la mejora real de la comunidad. Los ciudadanos de San Cristóbal, más que retórica; merecen acciones concretas y beneficios tangibles.