Este viernes, fieles de todas las edades se unieron para participar en estas celebraciones que llenaron de espiritualidad las calles de la ciudad.
La jornada comenzó con una solemne misa en la iglesia local, donde los creyentes se reunieron para expresar sus plegarias y agradecimientos a la Virgen María. El evento religioso contó con la participación activa de la comunidad, que oró por la paz, la salud y el trabajo, en un año que ha presentado desafíos para muchos.
Procesión y machar por las calles de la ciudad
Tras la misa, la procesión se desplazó por las calles de San Cristóbal en un ambiente de recogimiento y devoción.
Los asistentes llevaban consigo velas encendidas, flores y estandartes marianos, creando una atmósfera espiritual única en la ciudad. La marcha, acompañada de cánticos y rezos, se convirtió en un emotivo testimonio de fe y unidad.
Los deseos y esperanza
Durante la movilización, los participantes expresaron sus deseos y esperanzas para el próximo año, destacando la importancia de la solidaridad, la compasión y la fortaleza espiritual en tiempos de dificultad. La Virgen María, venerada como símbolo de amor y protección, fue el centro de las oraciones y reflexiones de la comunidad.
El evento concluyó con la bendición final en la plaza principal, donde los fieles se dispersaron con corazones llenos de esperanza y gratitud. La conmemoración a la Virgen María en San Cristóbal no solo fortaleció los lazos comunitarios, sino que también recordó la importancia de la fe en medio de los desafíos cotidianos.