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El macabro caso Maje: la enfermera que manipuló a uno de sus amantes para que matara a su esposo

SCALDIA
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En agosto de 2017, la ciudad de Valencia, en España, entró en conmoción por un caso macabro: el de María Jesús Moreno Cantó, una enfermera de 26 años que manipuló a uno de sus cuatro amantes para que matara a su esposo.

Maje, como todos la conocían, nació en el nació el 6 de septiembre de 1990 dentro de una familia acomodada y religiosa de Novelda, Alicante. Estudió en un colegio de monjas y luego siguió la carrera de enfermería. Era inteligente, amable y coqueta. La mujer ideal para Antonio Navarro, un ingeniero que se enamoró perdidamente de ella: se casaron en 2016.

Moreno Cantó repartía sus horas como enfermera entre el hospital de Manises y una residencia de ancianos de Torrentón. Considerada una profesional intachable en el plano laboral, siempre se mostraba dispuesta a tomar más guardias. Pero lejos estaba del amor al trabajo: las usaba como pantalla para organizar las citas con sus amantes. Porque detrás de su imagen inocente había una persona con un apetito sexual insaciable

En los meses previos al crimen, Maje no tenía uno sino cuatro amantes, a quienes veía regularmente. Ninguno sabía de la existencia de los otros y dos ni siquiera sabían que ella estaba casada. Uno de ellos -protagonista central de esta historia- es Salvador Rodríguez, un vigilador 20 años mayor que ella.

Además, aparecen Tomás, un fisioterapeuta con el que tuvo una aventura durante casi un año; José, el publicista con quien pasó la noche previa al asesinato de su pareja; y Sergio, un guardia urbano de Barcelona que en su declaración a la Policía la definió como “una depredadora sexual”. Contó que la había conocido en un boliche y que esa misma noche tuvieron sexo tres veces seguidas en el descanso de unas escaleras y en unos baños públicos

Salvador Rodríguez, de 47 años, había conocido a Maje en 2015, un año antes de que ella se casara con Navarro, cuando ambos trabajaban en la Casa de Salud de Valencia. Luego volvieron a coincidir, ya siendo amantes, en el hospital de Manises.

Con el tiempo, Salvador se convirtió en una “marioneta”, una suerte de esclavo voluntario que había caído rendido ante los encantos sexuales de Maje, o al menos así lo plantearía su defensa durante el juicio. Las amigas de ella, en cambio, dicen que, por atrás, admitía que no le gustaba mucho, sino que lo estaba usando

Maje convenció a Salvador de que el único obstáculo entre la felicidad plena de ellos era su esposo. En realidad, había un trasfondo económico: Antonio, el ingeniero asesinado, era titular de varios seguros de vida y accidentes cuyos cobros había insistido en gestionar su esposa. La generosa suma de dinero que podría percibir por estas pólizas acompañarían la herencia y la pensión de viudez: una suma millonaria.

El crimen finalmente ocurrió a las 7.40 de la mañana del miércoles 16 de agosto de 2017. Antonio Navarro se disponía a subir a su Peugeot 208 blanco para dirigirse a su trabajo cuando Salvador lo atacó de seis puñaladas. Cuatro de ellas fueron en el corazón.

Murió en el acto en aquel garage de la calle Calamocha, en el barrio de Patraix. Su cuerpo recién fue descubierto por un vecino cerca de las 15.30

Todo había sido cuidadosamente planificado. Maje le habría facilitado a Rodríguez la llave del garage y la información sobre el horario en que su esposo llegaría. Rodríguez ya había comprado el arma, un cuchillo con una hoja de 15 centímetros. Solo tuvo que esperar a la víctima escondido entre otros vehículos, actuar y escapar.

Luego de atar cabos a través de escuchas, mentiras y confesiones durante la investigación, la Policía detuvo el 10 de enero del 2018 a los dos amantes por el asesinato. Durante los días posteriores al crimen, Maje y Salvador mantuvieron conversaciones sin saber que la Policía había intervenido los teléfonos

Aún hechizado por Maje, Salvador finalmente confesó el crimen y exculpó a ella. Pero el tiempo, los días en la cárcel y su familia se encargarían de modificar su postura. El pacto de amor duró 10 meses, cuando el asesino se enteró de que Maje mantenía relaciones con otro recluso de la cárcel de Picassent.

Así, en noviembre de 2018 Rodríguez pidió declarar ante el juez y expuso el plan siniestro de María Jesús para librarse de su marido, con lujo de detalles. Ambos siguen presos.

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