Por ANDRES GIMENEZ – Desde calle Pringles al 1360, denunciaron el robo de una bomba centrífuga en la casa de un abuelo que se encuentra internado y atravesando un delicado estado de salud.
La denuncia fue radicada formalmente ante la policía en Jefatura. Sin embargo, los familiares de la víctima también hicieron público un fuerte comunicado en redes sociales, donde expresaron su dolor e indignación por lo ocurrido.
“Hijos de puta sin corazón. Mientras nuestro papá, abuelo, está internado, alguien fue a su casa y le robó la bombita de agua. Un abuelo enfermo, peleando por su salud, y estos lacras le sacan lo poco que tiene”, comienza el descargo.
El mensaje, directo y sin filtros, denuncia el nivel de impunidad con el que se cometen robos en la ciudad y apela a la solidaridad de la comunidad para evitar que el objeto robado sea comercializado.
“¿Qué esperan sacar de eso? ¿Un par de pesos para drogarse? Ya no hay respeto por nada ni nadie. Son basura, escoria que vive a costa del dolor ajeno”, continúa el comunicado.
Además, solicitaron que si alguien ve que ofrecen una bomba similar o tiene algún dato, se comunique con ellos o con la policía. Aclararon que el equipo robado “no es solo un objeto, es el colmo del desprecio por el otro”.
El caso se suma a una larga lista de robos menores, pero de alto impacto emocional y simbólico, sobre todo por el contexto en el que se produce: una vivienda vacía, mientras su propietario pelea por su vida.