Ad image

Avanza la investigación al médico imputado por abusar de dos pacientes en San Jerónimo Norte

SCALDIA
SCALDIA

La investigación que llevan adelante los fiscales Alejandro Benítez y Celeste Minniti a raíz de denuncias por abuso sexual de un médico de la localidad de San Jerónimo Norte dio en las últimas horas un paso fundamental: las dos adolescentes pudieron ampliar su testimonio a través de las entrevistas en Cámara Gesell que confirmó la imputación realizada por la Fiscalía, confirmaron fuentes judiciales a Aire Digital.

Miguel Angel M., un médico de 52 años que prestaba servicio en el Centro Médico Municipal de la localidad de San Jerónimo Norte se encuentra en prisión preventiva desde el 1ro de julio, cuando el juez Leandro Lazzarini impuso la medida solicitada por los acusadores públicos. Benitez y Minniti imputaron al médico como autor de los delitos de «abuso sexual simple y abuso sexual gravemente ultrajante».

Uno de los puntos por los que el magistrado dispuso que el imputado continúe detenido fue preservar la declaración de las dos adolescentes en Cámara Gesell, medida fundamental en casos de abuso sexual a menores de edad. Las dos víctimas habían relatado lo ocurrido a profesionales de la salud del Área de Niñez del municipio local que ya las asistían por otros motivos. Según pudo saber Aire Digital, en la entrevista realizada ayer por la tarde las jóvenes sostuvieron sus dichos y ampliar algunos detalles.

Ahora se abren dos caminos en la investigación: por un lado el resultado de las entrevistas permite sostener la imputación al médico, y por otro lado se espera que la defensa solicite revisar la prisión preventiva.

Alejandro Benitez, fiscal del departamento Las Colonias

Alejandro Benitez, fiscal del departamento Las Colonias

La causa

Miguel Angel M. es un médico generalista que desde el año 2001 está radicado con su familia y trabaja en San Jerónimo Norte. El profesional fue denunciado en marzo de este año por dos hechos de abuso sexual a dos pacientes de 16 años: uno habría ocurrido en el mes de diciembre de 2019 y el otro un mes antes, en noviembre.

La evidencia reunida en la investigación permite sostener que en uno de los casos la menor debió ser hospitalizada por un aparente cuadro de ebriedad. Durante el día, a fines de diciembre, había estado en una quinta pasando el día con una amiga, su novio y la mamá de éste. Habían estado en la pileta y bebido cerveza; cuando la chica se desvaneció llamaron a una ambulancia y en el CAM fue recibida por una enfermera y el médico, donde le realizaron las primeras atenciones y debió recibir suero y oxígeno.

La joven estuvo acompañada en el centro de salud por su madre y por su novio, quienes aguardaban en la sala de espera. Cuando el médico terminó de atenderla, ambos ingresaron a ver a la chica y ella les contó lo ocurrido: primero a su novio, al oído, y luego a su mamá. Esto motivó que la mujer increpe al profesional frente a una de las enfermeras. El hombre, por supuesto, negó la ocurrencia del hecho.

Pero eso no fue todo. Al poco tiempo la adolescente volvió a contar lo que le pasó: a la mamá de su novio y al equipo de Niñez de la municipalidad local. En todos los casos, el relato fue invariable. En la audiencia de prisión preventiva los fiscales explicaron que la chica y el grupo familiar ya estaban siendo asistidos por el equipo de Niñez, a raíz de algunos inconvenientes que expusieron las autoridades escolares. La adolescente padecía desvanecimientos y convulsiones cuyo origen no se ha determinado, e incluso algunos adultos de su círculo lo tomaban como «simulacros».

El segundo caso denunciado tiene varios puntos en común con el anterior: la víctima también tiene 16 años y era habitual que deba ser atendida en el CAM. En su caso, la chica presenta “crisis subjetivas” originadas en un hecho anterior, le cuesta establecer vínculos sociales y tenía una mala convivencia con su mamá, por lo que se mudó con una hermana mayor.

Fue a su hermana a quien le pudo hacer una breve referencia de algo que “la incomodó” en la atención recibida por el médico. En un primer momento esta joven, por su estado anímico, no pudo relatar con tanto detalle como la víctima anterior, que sí logró brindar en la entrevista en Cámara Gesell realizada en la tarde del lunes.

En las historias clínicas secuestradas consta que los médicos que las atendían en cada caso era quien se encontraba de guardia en ese momento, por lo que tampoco conocían el nombre del profesional. Las dos chicas, al momento de decir quién fue el agresor, realizaron una descripción física del profesional: un hombre grande, de baja estatura y calvo. Es decir, no surge de la investigación que pueda existir animosidad por parte de las dos jóvenes contra el profesional.

Fuente: Aire de Santa Fe

Comparte este artículo

Dejanos tu comentario

Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.

ULTIMAS NOTICIAS
Ad image
Ad image