En los últimos días, se reportaron múltiples ataques de palometas a personas que disfrutaban de las playas. Este fenómeno está relacionado con el fuerte descenso del nivel del agua y las altas temperaturas, que atraen a estos peces carnívoros hacia las costas.
Las palometas, de la familia de las pirañas, suelen movilizarse en cardúmenes en aguas poco profundas, especialmente durante los períodos de calor intenso. Sus ataques suelen ser defensivos, provocados por sensaciones de amenaza, la presencia de depredadores o durante el apareamiento.
El aumento en la población de palometas también está asociado a la disminución de depredadores naturales, como yacarés y carpinchos, un problema derivado de cambios ambientales y climáticos.
Medidas de prevención
Ante la peligrosidad de la situación, las playas de la Costanera Este permanecerán cerradas al ingreso al agua, mientras que los visitantes podrán utilizarlas solo para actividades recreativas fuera del agua. Los guardavidas y autoridades locales han reforzado las medidas de seguridad.

Recomendaciones para evitar ataques
Las autoridades han emitido una serie de recomendaciones para reducir riesgos:
- Evitar bañarse en aguas quietas o en zonas donde el agua levanta temperatura rápidamente.
- No ingresar al agua cerca de áreas donde los pescadores limpian pescado o arrojan restos de carnadas.
- No meterse al agua si se tienen heridas visibles.
- Respetar las indicaciones de las banderas y las advertencias de los guardavidas.
En caso de sufrir una mordedura, es vital salir del agua de inmediato, buscar atención médica y asegurar la correcta desinfección y cobertura de la herida.
Un llamado a la precaución
Este tipo de ataques es un recordatorio de cómo los cambios ambientales afectan los ecosistemas locales y su interacción con las actividades humanas. Mientras tanto, los habitantes y turistas deberán acatar las medidas dispuestas para evitar más lesiones.