Los hechos de vandalismo en Barrio Palermo encendieron nuevamente el debate sobre la seguridad en la ciudad. Los vecinos se encontraron con bancos de cemento rotos y juegos infantiles embarrados, lo que generó indignación y preocupación. Pero más allá del daño material, la pregunta que muchos se hacen es: ¿Las cámaras de seguridad municipales realmente funcionan?
Cámaras para la seguridad… ¿o solo para recaudar?
Se han instalado cámaras en distintos puntos de la ciudad con el supuesto objetivo de prevenir y esclarecer hechos delictivos. Sin embargo, cuando ocurren robos, destrozos o ataques vandálicos, las imágenes nunca aparecen. Por el contrario, cuando se trata de fotomultas, la precisión y eficiencia de las cámaras parece ser impecable. Esto ha llevado a que muchos vecinos cuestionen si el verdadero propósito de este sistema es la seguridad ciudadana o simplemente un mecanismo recaudatorio.
La situación se agrava aún más cuando consideramos que no queremos pensar que las cámaras no esclarecen delitos por el simple hecho de responsabilizar a la provincia por la seguridad de la ciudad, en lugar de contribuir realmente con la seguridad de los ciudadanos. El gobierno local sigue priorizando la discusión política por encima de la seguridad de la gente. Este abandono y falta de compromiso se refleja en la imposibilidad de garantizar la protección real que los vecinos reclaman.
Cansancio de la falta de respuestas
Los ciudadanos están cansados de la falta de respuestas y de la impunidad con la que actúan los delincuentes y vándalos. Si el municipio no puede garantizar que las cámaras funcionen para lo que realmente importa –la seguridad de la gente–, entonces la inversión en este sistema solo parece tener un fin: llenar las arcas municipales a costa de los contribuyentes.
Es hora de que el municipio deje de utilizar la seguridad como campo de batalla político y comience a trabajar de manera efectiva para resolver los problemas que realmente afectan a los vecinos. Si las cámaras no sirven para esclarecer los hechos delictivos, ¿cuál es el verdadero objetivo de esta inversión?