La tormenta El Niño, Si bien la campaña comenzará con escasas reservas en los perfiles y falta de precipitaciones que dificultarían en parte la incorporación de los planteos tempranos, a medida que avance la primavera «El Niño» traerá la humedad necesaria para las siembras tardías y para transitar los periodos de definición de rendimiento con condiciones climáticas favorables, coincide la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).
La tormenta El Niño
Aunque aún queda por confirmar cuándo exactamente estas lluvias podrían materializarse, el consultor de la Guía Estratégica para el Agro de la BCR Alfredo Elorriaga sugiere que es posible que la llegada del agua se adelante incluso antes de lo previsto.
El trabajo de la BCR revela que en agosto se agravó la situación de sequía, especialmente en la región pampeana occidental, donde las reservas de agua se asemejan a las del año pasado.
Aunque algunas zonas del país recibieron lluvias en los últimos días, gran parte del centro y oeste continuaron sin precipitaciones significativas; falta de agua que plantea un panorama desafiante a menos de un mes de la siembra del maíz.
Sin embargo, contrariamente a las expectativas previas, el fenómeno del Niño ha ganado fuerza en lugar de debilitarse, como se había anticipado hace un mes.
Según los expertos consultados por la entidad rosarina, finalmente el océano y la atmósfera están acoplando sus efectos de manera más efectiva, lo que aumentaría el transporte de humedad desde el Pacífico hacia la Argentina.
Este cambio en la interacción entre el océano y la atmósfera se refleja en el fortalecimiento gradual de las condiciones de El Niño a lo largo de agosto, según datos proporcionados por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) y otros organismos internacionales.
Este fenómeno podría tener importantes implicaciones para el clima argentino, especialmente en lo que respecta a las precipitaciones.
En comparación con las proyecciones realizadas hace un mes, los nuevos datos sugieren que el fenómeno del Niño podría ser más intenso, oscilando entre moderado y fuerte, en línea con las predicciones iniciales de junio.
Esto marca un cambio notable en la tendencia, y para el productor agrícola significa una mayor probabilidad de recibir lluvias por encima de lo normal durante la temporada de siembra.
Esto podría tener implicaciones cruciales para el proceso de siembra del maíz, lo que, sumado a la intensificación del fenómeno del Niño, brinda una esperanza renovada para el campo argentino en la campaña agrícola que se avecina.
De acuerdo con el pronóstico de precipitaciones del último informe agroclimático estacional de la BCBA, durante la primavera «El Niño» alcanzará su plenitud, aunque la interferencia de los vientos polares le impedirá eliminar totalmente los focos de sequía principalmente hacia el centro de la región pampeana donde las anomalías negativas de precipitaciones serán leves hasta moderadas.
Esta situación dificultaría en parte la incorporación de los primeros cuadros tempranos sobre el centro-este.
Las mayores probabilidades de reactivación de lluvias están dadas para octubre; pero la incertidumbre se centra en lo que pueda pasar con las lluvias en septiembre y su impacto sobre la evolución de la siembra maicera temprana.
El atraso en la llegada de las lluvias podría recortar el área de maíz en la región y quedar por debajo del área de 1,5 millón de hectáreas de la campaña previa.
El régimen térmico será más moderado que en las temporadas anteriores, con menor riesgo, tanto de heladas tardías como de calores tempranos, consigna la Bolsa de Cereales porteña.
Por otro lado, para el verano el pronóstico estacional señala que «El Niño» logrará reducir de forma significativa el área con déficit hídrico, situación que mejoraría las condiciones en los estadios críticos del cereal viéndose beneficiado de cara a la definición de su rendimiento.