Cristóbal López le fue mejor que a Cristina, “No cabe ninguna duda de que la estrategia defensiva de Cristina siempre fue muy desordenada y poco profesional y acá están los resultados”, reflexiona un diputado oficialista con experiencia en el derecho penal. “No puede ser que a Cristóbal López le haya ido mejor con Carlos Beraldi que a la jefa”, sostiene y agrega que en estos casos la culpa siempre es del cliente.
Cristóbal López le fue mejor que a Cristina
En el mundo jurídico Beraldi está considerado como uno de los mejores abogados penalistas. Es amigo personal de Raúl Eugenio Zaffaroni y de León Arslanian, a quien conoció en 1985 durante el juicio a la juntas militares desempeñándose como secretario letrado. También fue funcionario cuando su amigo fue ministro de Seguridad bonaerense en la gestión de Eduardo Duhalde. El vínculo con Arslanian también lo llegó a trabajar en el estudio del exministro.
Quienes analizan su desempeño profesional consideran que fue sumamente eficiente en la defensa del Grupo Indalo de Cristóbal López y Fabián De Souza. “Pocos clientes logran tantos objetivos simultáneamente con un solo abogado, lograron recuperar la libertad, que le levanten el embargo de sus bienes y encima levantaron una quiebra multimillonaria”, comentan en el mundo jurídico. También destacan que los dueños del Grupo Indalo aceptaron respetar a raja tabla la estrategia integral que les llevó el abogado penalista. No interfirieron en la labor de Beraldi en ningún momento, a diferencia de la vicepresidenta.

Pero desde el Instituto Patria descargan algunas broncas contra Alberto Fernández. “El presidente se involucró mucho más para ayudar a sus viejos clientes, no vimos la misma voluntad y compromiso en torno a las causas de Cristina”. No son situaciones comparables pero la mayoría de las fuentes consultadas coinciden en afirmar que Alberto siguió con mucha atención los problemas de López y De Souza por “la relación profesional y de amistad con ambos”.
De todas formas, en el mundo judicial y político se destaca que la personalidad tan particular de la vice complicó la tarea profesional de Beraldi. “Nunca fue fácil poder implementar una estrategia integral porque Cristina siempre tuvo la última palabra”, comentan en el oficialismo. “El problema es que ella no delegó por completo la defensa en sus abogados porque cree que sabe más que ellos y encima el rol de Gregorio Dalbón sumo poco y nada”, plantean.
La sensación generalizada es que Cristina no permitió que se diferenciara la estrategia judicial de la política. “Todo fue muy desordenado y se notó en su última presentación por YouTube, todo muy casero, papeles mezclados y cartulinas de colegio primario” describe una fuente judicial.
Precisamente, en Comodoro Py hay otro ánimo, sienten el apoyo de la conducción de la Corte Suprema, se desinfló Justicia Legítima y la mayoría están hartos de la campaña en redes sociales y medios K. Además saben que el cristinismo seguirá demonizándolos mientras duren los procesos penales de la vicepresidenta. La única preocupación compartida está relacionada con el peligro de agresión o escrache a los fiscales y jueces del caso Vialidad.

