Estafadora de Tinder, Más de 4 millones de pesos durante casi tres años envió un hombre de Puerto Madryn a una expolicía santafesina identificada como Leila Ríos, a través de engaños y mentiras. Ahora, la justicia chubutense intenta determinar si la mujer obró con complicidad de por lo menos dos personas más.
En comunicación con Ignacio Mendoza y Andrea Viñuela en Será Justicia por AIRE, el fiscal general de Esquel, Carlos Richeri, brindó detalles de la causa que comenzó con la denuncia del damnificado.
Estafadora de Tinder
La investigación comenzó a raíz de la denuncia de la la víctima: “con mucha vergüenza nos viene a contar que desde hacía tres años mantenía una relación y recientemente se había dado cuenta que lo habían estafado, a raíz de un detonante que le permitió ver que todo lo que había hecho antes había sido una maniobra de una estafa y él había sido víctima” relató Richeri. Leila Ríos construyó un personaje que tenía empatía con él, que coincidía en todo, “era su media naranja”, graficó el fiscal.
Así, Ríos logró convencer a su enamorado de que estaban en una relación seria, que él era alguien importante, y cada vez que ella tenía alguna necesidad económica, si bien ella no le pedía dinero, él sentía la necesidad de ayudarla: “porque soy alguien importante para vos, soy tu pareja. Y de esta manera se fue tejiendo algo que es fantástico por el tiempo que duró, hasta el punto de usureros que la perseguían, que la tenían amenazada, que le habían baleado la casa, y que lo empujaban a él a pedir préstamos, a vender bienes, para poder ayudarla y sacarla de esa situación”, sostuvo Richeri.
El relato se derrumbó un día que el hombre logró restablecer el contacto que había perdido durante un tiempo, tras haberle enviado una importante suma de dinero para que ella pudiera pagar una deuda que había adquirido con un prestamista, según le relató; sin embargo, con ese dinero la mujer se había sometido a una cirugía estética y se había puesto un implante mamario: “ahí comenzó a escuchar a su entorno, a sus amigos, que lo advertían que lo estaba estafando, y él les decía que no entendían la relación, que en cualquier momento iban a vivir juntos. Pero eso fue un detonante, empezó a mirar para atrás y vio todas las inconsistencias que tenía la historia, y abrió los ojos”, explicó el fiscal.
Ríos purga una condena a 4 años por ser parte de una banda que usurpaba viviendas en Santa Fe.
La causa tiene varias cuestiones sorpresivas, entre ellas es que la mujer utilizó su nombre y su imagen verdaderas: “en un solo fin de semana logramos ver que el teléfono estaba a nombre de ella, que el domicilio donde estaba registrado coincide y las cuentas también estaban a nombre de ella, y la cuenta tenía una sucursal donde se estaban haciendo los retiros de dinero, que también era del domicilio de ella”, manifestó Richeri.
Tras esto, los investigadores chubutenses solicitaron colaboración a la policía de Santa Fe: “brindó colaboración e información, y pudieron identificarla; ahí la segunda sorpresa: nos dijeron hasta hace poco había sido policía, que tenía una condena que cumplía en el domicilio y terminamos pidiendo un allanamiento que autorizan en Chubut y en santa fe. En menos de 72 horas teníamos resuelto el caso”, resumió.
El vínculo entre la víctima y la mujer estafadora duró tres años, durante los cuales varias veces organizaron posibles encuentros que al final no se concretaron por diferentes motivos que alegaba Ríos. En ese tiempo, el denunciante sostuvo que envió a Santa Fe casi cuatro millones y medio de pesos: “estamos analizando si efectivamente fue ese el monto, de qué forma, tenemos información de préstamos que ha pedido el para hacer los envíos. Incluso cuales son los bienes que ella puede haber comprado con ese dinero, para poder decomisarlos”, explicó Richeri.
¿Cómplices?
En relación a la posibilidad de que Ríos haya actuado con complicidad de más personas, el fiscal chubutense se refirió a una situación particular que los hace sospechar de por lo menos un cómplice, la pareja real de Ríos: “cuando ella le dice que hay un prestamista que la quería matar, y él se ofrece a dialogar con este prestamista, y creemos, sospechamos, que se trata de la pareja que se hizo pasar por una persona que tenía que cobrar una deuda y le reclamaba que la pague él porque si no la iba a matar”, relató.
Pero también se investiga a una mujer que amenazó directamente a la víctima: le dijo que conocen gente en Puerto Madryn, que lo iban a ir a buscar y que lo iban a matar. Tras estas amenazas, el hombre se dirigió a la justicia a relatar lo que estaba padeciendo.
Finalmente, en cuanto a la situación procesal de Ríos, el fiscal explicó que no se ha pedido la detención de la mujer ya que ella se encuentra cumpliendo una prisión domiciliaria en Santa Fe. Además, la audiencia imputativa puede realizarse por videoconferencia: “en el cibercrimen casi el 95% de los casos los autores son de otras provincias, así que las audiencias se hacen de esta manera para ser más dinámicas”, explicó.
Inseguridad en la palma de la mano
Por último, el fiscal Richeri brindó algunas consideraciones en relación a las estafas cometidas a través de Internet: “hoy estamos todos en riesgo de ser abordados por un delincuente a través de nuestro teléfono. No importa si estamos en nuestra casa, en el trabajo, siempre nos pueden abordar con una circunstancia en la que podemos caer, que podemos ser timados. Hoy te investigan las redes sociales, investigan tus intereses, buscan en quien confías, entonces inventan la identidad de esa persona en la que confías, y con la información que ya tienen te abordan haciéndose pasar por esa persona de confianza”, explicó.
Sobre las modalidades de estafas más habituales, Richeri remarcó aquellas en las que te ofrecen comprar dólares más baratos, o el miedo a que nos pase algo, “y la estafa romántica viene a ser la cumbre de esta estafa porque la persona se enceguece, dura más tiempo y sacan más plata”, expresó.
Finalmente, el fiscal dejó una recomendación para quienes se vinculan con desconocidos a través de las redes sociales: “una práctica muy buena es agarrar la foto de perfil de la persona y ponerla en el buscador de Internet para ver si aparecen como resultado otros nombres, esa es una buena alarma para evitar engaños”, concluyó.