El brutal caso del triple femicidio en Florencio Varela ha dejado a la sociedad en shock. La violencia extrema y el contexto criminal en el que se desarrollaron estos hechos han llevado a las autoridades a tomar medidas drásticas. A medida que se desentrañan los detalles de esta investigación, se hace evidente la complejidad de la red criminal involucrada y la necesidad de justicia para las víctimas y sus familias.
En este artículo, exploraremos los implicados, la dinámica de este horrendo crimen, el papel que juega Perú en la investigación y los próximos pasos en el proceso judicial.
Quiénes son los imputados y cuál es su vínculo con la organización
El caso involucra a un grupo de ocho individuos, cuyos nombres han sido revelados por las autoridades. Los imputados son:
- Miguel Ángel Villanueva Silva
- Ariel Giménez
- Víctor Sotacuro Lázaro
- Maximiliano Andrés Parra
- Celeste Magalí González Guerrero
- Milagros Florencia Ibáñez
- Iara Florencia Ibarra
- Matías Agustín Ozorio
Entre ellos, Matías Agustín Ozorio fue capturado en Perú y está relacionado con Tony Janzen Valverde, conocido como “Pequeño J”, quien actualmente se encuentra en espera de su extradición desde Cañete, Perú. Este lazo destaca la conexión internacional de la organización criminal detrás del femicidio.
Los fiscales han presentado serias acusaciones contra todos los detenidos, que incluyen homicidio agravado, privación ilegal de la libertad y encubrimiento. Curiosamente, las mujeres implicadas en el caso no enfrentan cargos por violencia de género. Además, hay prófugos peruanos, como Álex Ydone Castillo, David González Huamaní y Manuel Valverde Rodríguez, que tienen circulares rojas de Interpol en su contra.
Qué reveló la investigación sobre la dinámica del crimen
La investigación es extensa y detallada, con un expediente que supera las 1.500 páginas, que incluyen allanamientos, pericias y autopsias. Los fiscales han determinado que el triple femicidio fue una acción cuidadosamente planeada, caracterizada por una brutalidad extrema.
Las víctimas, Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, sufrieron un destino terrible:
- Lara Gutiérrez fue mutilada.
- Morena Verdi fue estrangulada y presentó lesiones post mortem.
- Brenda del Castillo también sufrió agresiones severas con elementos punzocortantes.
Los fiscales han descrito la situación como parte de una “empresa criminal” con jerarquías y una clara división de tareas. Es alarmante que, durante los ataques, se realizaron videollamadas a supuestos superiores en Perú, apodados “Papa” y “Lima”, lo que muestra una organización compleja y coordinada que trasciende fronteras.
Qué rol juega Perú en la investigación
La investigación ha revelado que la orden para llevar a cabo el triple femicidio probablemente no se emitió en Argentina, sino desde Trujillo, Perú, donde reside parte de la estructura del narcotráfico y donde nació Miguel Ángel Villanueva Silva. Este aspecto internacional es crucial, ya que implica que la planificación y la coordinación de las agresiones se llevaron a cabo en múltiples países.
Las autoridades argentinas están trabajando en estrecha colaboración con sus homólogos peruanos para desentrañar la red criminal y desarticular las conexiones que permiten que estos grupos operen con impunidad. La comunicación en tiempo real entre los implicados en ambos países destaca la gravedad y la complejidad del caso.
Cuál es el siguiente paso en la causa
Con la reciente solicitud de prisión preventiva y el pase al fuero federal, la investigación ha tomado un nuevo rumbo. Este enfoque se centra en desentrañar la jerarquía y estructura del narcotráfico que ordenó los crímenes, así como en avanzar en la captura de los prófugos mencionados anteriormente.
Los abogados querellantes de las familias de las víctimas, como Diego Storto y Fernando Burlando, han expresado su apoyo a la investigación. Subrayan la importancia de desmantelar la red criminal detrás de este espantoso femicidio, que no solo refleja un caso de violencia de género, sino que también está profundamente entrelazado con el narcotráfico organizado y la multiterritorialidad.
Este caso no solo representa uno de los episodios más graves de violencia narco en la región, sino que también plantea preguntas más amplias sobre la seguridad y la justicia en un contexto donde el crimen organizado parece estar cada vez más arraigado en la sociedad.
Impacto social y consecuencias del caso
El triple femicidio ha generado una ola de indignación y protestas en la sociedad argentina. Las voces de activistas y organizaciones de derechos humanos han emergido, demandando no solo justicia para las víctimas, sino también un cambio estructural que aborde la violencia de género y el narcotráfico en el país.
El caso ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de políticas más efectivas para proteger a las mujeres y erradicar la violencia en el contexto del narcotráfico. Las manifestaciones han exigido una respuesta más contundente por parte del Estado y una revisión crítica de cómo se manejan estos casos de violencia, que a menudo se ven opacados por la complejidad del crimen organizado.
Repercusiones en el sistema judicial
Este caso también ha llevado a un debate sobre la eficacia del sistema judicial argentino. Muchos cuestionan si las leyes actuales son suficientes para abordar la violencia de género, especialmente cuando está vinculada a organizaciones criminales. Existen llamados a reformar el marco legal para garantizar una respuesta más efectiva ante estos crímenes atroces.
A medida que avanza la investigación, las expectativas son altas. La sociedad espera que se haga justicia no solo para las tres jóvenes, sino también que se envíe un mensaje claro contra la impunidad que a menudo rodea a los crímenes de esta naturaleza.












