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Triple crimen en Florencio Varela y búnker narco de Pequeño J

El crimen organizado sigue siendo un tema candente en América Latina, donde las redes narcotraficantes operan con una eficacia preocupante.

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Recientemente, la Policía Bonaerense desmanteló un búnker relacionado con una de estas organizaciones, vinculado al presunto autor intelectual de un triple crimen que ha conmovido a la sociedad. La historia detrás de este caso revela no solo la brutalidad del crimen, sino también la complejidad de la lucha contra el narcotráfico.

Allanamiento de un búnker narco vinculado a «Pequeño J»

La Policía Bonaerense realizó un allanamiento en Isidro Casanova, donde se descubrió un búnker operado por Tony Janzen Valverde Victoriano, conocido como “Pequeño J”. Este individuo ha sido señalado como el autor intelectual de un triple femicidio que ha dejado a la comunidad en estado de shock. Las víctimas, Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15), fueron asesinadas en circunstancias horrendas, lo que ha llevado a las autoridades a intensificar su búsqueda del fugitivo.

El allanamiento es parte de una serie de operaciones en curso destinadas a capturar a “Pequeño J”, quien se ha vuelto el rostro de la violencia asociada con el narcotráfico en la región. La estrategia de las fuerzas de seguridad incluye la recopilación de información sobre sus movimientos y la identificación de posibles cómplices.

Incautaciones durante el operativo

Durante el allanamiento, las autoridades lograron incautar una pistola Glock calibre .40, junto con 50 municiones y otros objetos relevantes para la investigación. Este tipo de armamento es característico de grupos narcotraficantes que operan en la región, lo que refuerza la creencia de que el búnker era un centro de operaciones para actividades ilegales.

Las evidencias encontradas en el lugar son cruciales para entender el alcance de las actividades de “Pequeño J” y su red de operaciones, lo que podría llevar a más arrestos y al desmantelamiento de células narcotraficantes en el área.

El perfil de “Pequeño J”

Con tan solo 20 años, “Pequeño J” se ha ganado una reputación temible en el mundo del crimen organizado. Originario de La Libertad, Perú, es descrito por los investigadores como “extremadamente sanguinario” y conocido por aplicar códigos del narcotráfico de manera implacable. Se le atribuye la planificación de la trampa de una falsa fiesta en la que se perpetró el crimen, así como la transmisión en vivo del mismo.

Este nivel de premeditación y crueldad no solo destaca su papel como líder dentro de la organización, sino que también pone de relieve la creciente violencia en las disputas por el control de territorios entre grupos narcotraficantes en la región.

Nuevos hallazgos sobre la organización

En las últimas horas, las autoridades han descubierto otro búnker en Barracas que contenía trampas electrificadas y un mensaje dirigido a la policía. Esto ha elevado las preocupaciones sobre la peligrosidad de “Pequeño J” y su organización. Las fuerzas de seguridad han emitido una alerta roja y una orden de captura tanto nacional como internacional, temiendo que el fugitivo intente cruzar la frontera hacia Bolivia u otros países cercanos.

Los cómplices y los arrestos

La investigación ha llevado a la identificación de varios cómplices de “Pequeño J”, destacando a Matías Agustín Ozorio, de 28 años, como su principal socio. A continuación, se enumeran algunos de los detenidos hasta ahora en relación con el caso:

  • Magalí Celeste González Guerrero (28)
  • Miguel Ángel Villanueva Silva (27)
  • Daniela Iara Ibarra (19)
  • Maximiliano Andrés Parra (18)
  • Lázaro Víctor Sotacuro, arrestado en Villazón, Bolivia, acusado de trasladar a las víctimas.

Los cuatro primeros detenidos se encuentran actualmente imputados por homicidio agravado y permanecen en prisión preventiva en el penal de Melchor Romero. La captura de estos individuos es un paso importante en la búsqueda de justicia para las víctimas y sus familias.

Confirmación del quinto detenido

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció recientemente la detención de un quinto sospechoso, Lázaro Víctor Sotacuro, en Villazón, Bolivia. Sotacuro, quien estaba prófugo de la Justicia, es considerado un actor clave en la organización de “Pequeño J”.

El anuncio fue realizado por Bullrich, quien destacó la colaboración entre el Ministerio de Seguridad Nacional y el Ministerio de Seguridad de Jujuy. “La detención de Lázaro Víctor Sotacuro es un avance significativo en nuestra lucha contra el narcotráfico”, afirmó la ministra.

Sotacuro será trasladado a dependencias de la DFI de la PFA, donde se espera que rinda cuentas sobre su papel en la organización y su vinculación con el crimen de las tres jóvenes.

El impacto en la comunidad

Este caso ha puesto en evidencia la creciente violencia asociada al narcotráfico en Argentina, lo que ha generado un sentimiento de inseguridad entre la población. La brutalidad del crimen y la implicación de jóvenes en actividades delictivas son un llamado de atención sobre la necesidad de abordar las raíces del problema.

Los esfuerzos de las autoridades para desmantelar redes narcotraficantes son cruciales, pero igualmente lo son las políticas de prevención y educación en las comunidades más vulnerables, donde el narcotráfico suele encontrar terreno fértil.

Conclusiones sobre el caso “Pequeño J”

El desenlace de esta historia aún está por escribirse. A medida que avanza la investigación, es fundamental que las autoridades continúen trabajando para llevar a los involucrados ante la justicia y desarticular las operaciones del narcotráfico. La colaboración entre diferentes cuerpos de seguridad y la participación activa de la comunidad serán claves para enfrentar este desafío.

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