Ad image
Ad image

San José de Rincón: tres víctimas de los entrenadores revelaron la trama de los abusos que se cometían en la casa que fue incendiada

SCALDIA
SCALDIA
Ad image

El viernes San José del Rincón vivió uno de las manifestaciones más trascendentes de su historia. Cientos de habitantes se manifestaron en contra del abuso sexual infantil tras salir a la luz los delitos que cometieron durante años y en perjuicio de menores, dos entrenadores atletas de Triatlón: W. S. R. y S. A. Este domingo la pareja fue imputada por abuso sexual reiterado, en dos casos simple y en tres casos con acceso carnal, pero en todos agravado por ser personas dedicadas a la educación. Además, se les atribuyó el delito de promoción a la corrupción de menores. En las afueras de los tribunales desde las 9.30 una multitud volvió a reclamar Justicia por todas las víctimas.

La primera denuncia fue realizada el lunes 19 de julio por una joven de 22 años. Contó a Aire Digital que se decidió a hacer pública la situación luego de escuchar el relato de la joven del Caso M en Aire de Santa Fe. Se trata de una chica de Rincón que sufrió violaciones durante once años por parte de su tío, que era transportista escolar. La primera denunciante de los entrenadores informó que los abusos se produjeron desde que ella tenía 11 años hasta sus 15, desde 2010 hasta 2014. En ese último año dejó de asistir a las prácticas. En los relatos de las otras dos víctimas, las fechas coinciden, ya que son jóvenes de edades similares.

Tres víctimas de los entrenadores revelaron la trama de los abusos

La primera chica que hizo la denuncia indicó que los abusos, en su caso, fueron cometidos también por otra joven, hermana de la mujer que fue imputada. Sus iniciales también son S.A. Desde que ocurrieron los hechos hasta el año pasado, solo le había podido contar sobre los abusos a su novio el año pasado. “Después se lo contamos a mi hermana y ella le termina diciendo a mi familia”, dijo la primera denunciante. En ese momento, la joven le pidió a su familia que no contara ni hiciera nada.

Tras escuchar el relato en la radio, la joven se contactó con M, que fue quien la que aconsejó y guió en el camino a la denuncia. “Yo le escribí la misma tarde del martes en que ella contó su historia en la radio”, detalló. “Pero después no me animé a hablar, porque nadie que no fuera de mi entorno familiar íntimo lo sabía”, agregó. Finalmente, al otro día M le escribió para juntarse a charlar y así fue como por primera vez alguien externo a su familia se enteró de los delitos del entrenador. “Yo quería denunciarlo porque no quería cruzarlo más como si nada en la calle”, indicó.

La joven contó que mientras escuchaba el testimonio de M en Aire de Santa Fe, W. S. R. se presentó en su casa para ofrecerle trabajo. Tanto ella como las demás víctimas y las personas de Rincón, aseguran que se trata de una persona que siempre estuvo en contacto con toda la gente del pueblo y los mayores confiaban en él para dejarle a cargo a sus hijos.

Para llevar a los menores a la casa en donde cometían los delitos, los citaban antes o después de los entrenamientos para hablar sobre la práctica o hacer entrenamiento extra. Una de las víctimas contó que la primera vez que abusaron de ella fue una noche que se quedó a dormir porque al otro día debían salir de viaje temprano a una competencia en Victoria, Entre Ríos. En ese entonces, la víctima tenía 13 años.

Tras el testimonio de la primera víctima en la comisaría, comenzaron a llamar a otros chicos y chicas que asistían a los entrenamientos como testigos. Uno de ellos es otra de las denunciantes que habló con Aire Digital. “Yo quiero agregar que a mí me pasó lo mismo”, dijo la segunda vez que fue a la comisaría. La primera vez había sido citada como testigo y contó que las preguntas estuvieron todas orientadas hacia lo que había contado la primera denunciante. “Me preguntaron cosas sobre ella y yo de eso no había visto nada, pero no me preguntaron si a mí me había pasado lo mismo”, explicó la joven.

La segunda y tercera denunciante fueron esta joven y otra que se enteró de la primera denuncia y decidió sumar su testimonio. “Yo estaba dando una clase y una persona me contó sobre la primera denuncia contra W. S. R. y S. A”, indicó. “Eso es verdad”, dijo la chica al enterarse de lo que la otra víctima había contado. Enseguida se puso en contacto con otras personas y el miércoles fue a denunciar junto a otra víctima.

Los testimonios de las tres chicas coinciden en que los abusos sexuales se cometían, en su mayoría, en la casa de la madre de la mujer S. A.. De todos los delitos participaban los dos miembros de la pareja. La mujer llevaba a las víctimas a una habitación aparte, en muchas ocasiones con la excusa de que se prueben alguna prenda deportiva. Luego, comenzaba a tocarlas y besarlas. Más tarde, ingresaba el hombre. Entre los dos, abusaban sexualmente con acceso carnal de los menores.

Además de los abusos en la casa, las chicas narraron situaciones cotidianas de los entrenamientos. “Siempre nos decían qué ropa teníamos que usar, incluso nos llevaban mallas más chicas para que usáramos en los entrenamientos”, describieron. Otra de las víctimas contó que en ocasiones con la corriente del río se iba más lejos y cuando las buscaba para traerlas hasta la orilla el hombre la manoseaba. “Todos sabíamos que había algo raro pero estaba como naturalizado y aparte éramos chicos como para saber que lo que hacía esa persona mayor a cargo estaba mal”, indicó una de las víctimas.

Las jóvenes también narraron escenas de acoso verbal y psicológico por parte del hombre que en varias oportunidades les decía que estaban excedidas de peso. Además, aseguraron que entre las mujeres muchas veces buscaban generar conflictos y competencias.

Las chicas contaron a Aire que cuando detuvieron a la pareja sintieron alivio y que aún están “en shock” por lo ocurrido. Tras las denuncias, al menos tres víctimas más se contactaron con ellas para agradecerles la valentía de contar lo ocurrido. Algunas son de la provincia de Entre Ríos.

La movilización en contra del abuso infantil

«Los niños no se tocan», se escuchó por las calles de San José del Rincón el viernes a la tarde. A las 15.30, cientos de habitantes de la localidad se reunieron en la plaza principal para comenzar una movilización sin precedente en la localidad. Más de 300 personas marcharon en contra del abuso infantil, tras dos casos de violación a menores que se hicieron públicos en las últimas semanas a los que se suma la reciente condena por abuso sexual de un hombre contra varias mujeres de su familia. «Vamos a acompañar a las víctimas a caminar con la cabeza en alto», indicó una de las jóvenes que coordinó la movilización. «Acá no están solas» y «el silencio los sigue encubriendo», gritaron otras. «Basta, necesitamos venir acá para que nos escuchen», agregó la familiar de una de las víctimas.

La movilización fue masiva en Rincón.

La movilización fue masiva en Rincón.

El 13 de julio, una joven de Rincón contó en Aire de Santa Fe que su tío, que era transportista escolar, abusó sexualmente de ella durante once años desde 1998 hasta 2009. El caso fue denominado M. El hombre ya fue imputado y quedó en prisión preventiva. Tras escuchar esta historia, otra joven de 22 años de la ciudad, decidió denunciar a tres personas que desde 2010 hasta 2014 cometieron abusos contra ella: un entrenador deportivo, su pareja y su cuñada. Antes de denunciar al hombre y las dos mujeres, la víctima decidió reunirse con la joven del Caso M para contarle su historia, y también para que la asesorara y acompañara en el proceso de denunciar y hacer pública la situación.

Tras la primera denuncia contra el entrenador y las otras dos mujeres, hubo más víctimas que denunciaron situaciones similares cometidas por las mismas personas. El jueves a la noche se concretó la detención del hombre identificado como W. S. R. y de su pareja, S. A. El viernes la movilización fue convocada por los familiares de tres víctimas de este caso, pero con el apoyo de otras dos víctimas en la ciudad que formaron una organización llamada Pañuelos Amarillos. Se trata de la joven del Caso M y la hija del hombre que abusó de varias de las mujeres de su familia. Fue esta joven la que indicó que los tres casos que movilizaron a Rincón fueron cometidos por personas del pueblo que estaban en contacto con muchos niños y niñas. «Nosotras formamos la organización para que las víctimas puedan tener alguien con quien hablar y que las acompañe, aunque ni siquiera quieran denunciar», dijeron ella y M a Aire Digital.

La pueblada y el incendio de la casa

El sábado a la noche, una pueblada terminó con el incendio de la casa donde vivían los entrenadores acusados y donde ocurría la mayoría de los abusos sexuales. El incendio se registró en horas de la tarde, luego de que a raíz de una denuncia policial se confirmara un nuevo caso de abuso sexual a otra menor. La reacción de los vecinos no se hizo esperar. Se dirigieron hasta la casa ubicada en calle Castañeda al límite con Pucinelli.

La casa es propiedad de la madre de las mujeres envueltas en los casos de abusos que desde hace días conmocionan a los integrantes de la comunidad. Los manifestantes no dudaron en atacar la casa y la prendieron fuego, en su interior se encontraba la madre de una de las acusadas, que en pocos minutos logró salir y escapó de las llamas.

Comparte este artículo
Ad image