El juicio contra el exboxeador entró en su etapa de definiciones.
Tras las declaraciones de los testigos, sólo restan los alegatos finales
y conocer la decisión del tribunal.
Con gestos amenazantes y un “fuck you” a la prensa, Carlos Baldomir comenzó a ser juzgado el pasado jueves en los tribunales santafesinos por delitos contra la integridad sexual de una de sus hijas cuando tenía entre 7 y 9 años de edad.
En las primeras dos jornadas se realizaron los alegatos de apertura, se proyectó la Cámara Gesell de la víctima y se escucharon a todos los testigos ofrecidos por las partes.
El debate es conducido por la jueza Susana Luna, como presidenta del tribunal, junto con los doctores Pablo Busaniche y Rodolfo Mingarini. Por decisión del tribunal, el juicio se realiza sin presencia de público y así se notificó a las partes momentos antes del inicio del debate.
Entre 20 años de cárcel y la absolución
La Unidad Especial de Delitos contra la Violencia Familiar, Sexual y de Género, representada por fiscales Alejandra Del Río Ayala y Federico Grimberg, repasó ante el tribunal los abusos atribuidos a Baldomir e insistió en el pedido de pena de 20 años de prisión. La querella a cargo del dr. Alejandro Otte en representación de la víctima, realizó su alegato en el mismo sentido que la fiscalía.
Baldomir llega a juicio acusado de “abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo, por la convivencia y por ser la víctima menor de 18 años, y promoción a la corrupción de menores”.
Por su parte, los defensores del acusado, Martín Durando y Gonzalo Fuente insistieron en que van a lograr demostrar la inocencia del exboxeador y solicitaron la absolución de culpa y cargo. Para la defensa la denuncia fue pergeñada por la expareja de Baldomir y mamá de la víctima para lograr una ventaja económica.
Las pruebas fundamentales
Durante la primera jornada se produjeron las dos pruebas de cargo más fuertes con las que cuenta la acusación. Antes de la declaración de los testigos se proyectó la Cámara Gesell donde la víctima relataba los abusos a los que habría sido sometida. De su relato se desprende que los hechos ocurrieron en la vivienda familiar de Santa Fe y donde residía Baldomir en la localidad de Junín, además de dos situaciones cuando viajaban en auto.
Justamente una de esas situaciones fue presenciada por una persona que tenía un vínculo familiar con ellos, y que al momento de brindar su declaración expresó ante el tribunal lo que había visto, calificandolo como una actitud no propia de un padre para con su hija. La mujer excusó su silencio en ese momento por temor.
Mensajes inadecuados
Justamente esta testigo recibió un mensaje de audio del propio Baldomir, que motivó la requisa en su celda y el secuestro de un teléfono celular. El audio fue reproducido en la audiencia y quedó demostrada la intención del acusado de intentar mejorar su situación.
Si bien no puede ser considerado como una amenaza, ya que le sugería a la testigo que exprese que “no estaba segura de lo que vio”, sí se puede considerar que podía influir en la declaración de la testigo.
Lo que resta en el juicio
El próximo lunes será el momento de los alegatos de clausura, cuando las partes repasen lo expuesto en el debate oral para sostener su postura de condena o absolución. Por último, el miércoles será el turno de los jueces para dictar sentencia.
Fuente: Aire de Santa Fe