Este sábado llegó a la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana una denuncia de exhibición y maltrato animal que alertaba sobre una llama y un poni que estaban siendo utilizados con fines lucrativos en el Festival de Guadalupe. Al dirigirse al lugar, los oficiales del municipio se llevaron una enorme sorpresa: las víctimas del supuesto maltrato eran dos peluches gigantes.
“En este momento en la sede de la Basílica de Guadalupe, en calle Piedras se está haciendo exhibición de precisamente ‘Yamas’,en condiciones inadecuadas, están sin agua y sin alimento. Se solicita intervención” decía la denuncia que llegó al Centro de Control municipal.
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Cuando el personal de la Secretaría de Control y del Instituto Municipal de Salud Animal se acercaron a constatar y a atender el reclamo se llevaron tamaña sorpresa. “Pensamos que los animales se habían congelado del frío. Pero no, eran muñecos para que los más chicos se saquen una foto” comentó el Subsecretario de Control Guillermo Álvarez.
Álvarez agregó que “a pesar de la anécdota graciosa, es importante que se cumple con la normativa y que se logra erradicar el maltrato animal en la ciudad de Santa Fe. Está bueno que la gente se la pueda rebuscar usar a los animales para ello”, concluyó.