Una de las complicaciones que trae el coronavirus.
La neumonía bilateral se desarrolla cuando los patógenos (ya sean virus, bacterias u otros microorganismos) inflaman los pulmones, formados por alvéolos que se llenan de aire al respirar.
Los alvéolos de los pacientes con neumonía están llenos de pus y líquido, lo que hace dolorosa la respiración y limita la absorción de oxígeno. Otros síntomas asociados a esta enfermedad son la fiebre intensa, dolor en el pecho, tos con pus, escalofríos, dificultad para respirar, nauseas, vómitos y diarrea.
Esta enfermedad suele dejar secuelas en los meses inmediatos: más de la mitad de los pacientes que han necesitado atención hospitalaria continúan presentando síntomas a los dos meses del inicio de la enfermedad, siendo la fatiga y la falta de aire los más frecuentes. Además, entre los pacientes graves, en el 40% de los casos se presentan alteraciones en la función respiratoria luego del primer mes de alta.
Factores de riesgo
La neumonía puede afectar a cualquiera, aunque se presenta con mayor frecuencia entre niños y niñas menores a 2 años y personas mayores de 65 años. Otros factores de riesgo, además de la edad, pueden ser:
- Estar hospitalizado: existe mayor riesgo de contraer neumonía si el paciente se encuentra en la unidad de cuidados intensivos de un hospital, especialmente, si está conectado a un respirador.
- Enfermedad crónica: las personas con asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o una enfermedad cardíaca son más propensas a tener neumonía.
- Fumar: el cigarrillo daña las defensas naturales que el cuerpo presenta contra las bacterias y los virus que causan la neumonía.
- Sistema inmunitario debilitado o suprimido: las personas que tienen VIH/SIDA, que se han sometido a un trasplante de órganos o que reciben quimioterapia o esteroides a largo plazo están en riesgo.
Complicaciones por neumonía bilateral por covid-19
Algunas personas que tienen neumonía, especialmente aquellos que se encuentran en los grupos de alto riesgo, pueden experimentar algunas complicaciones, a pesar de haber recibido tratamiento:
- Bacterias en el torrente sanguíneo (bacteriemia): las bacterias que ingresan en el torrente sanguíneo desde los pulmones pueden propagar la infección a otros órganos y, potencialmente, provocar una insuficiencia orgánica.
- Dificultad para respirar: si la neumonía es grave o si el paciente tiene enfermedades pulmonares crónicas ocultas, posiblemente tenga problemas para obtener suficiente oxígeno al respirar. Es posible que deba hospitalizarse y utilizar un respirador artificial (ventilador) hasta que los pulmones sanen.
- Acumulación de líquido alrededor de los pulmones (derrame pleural): la neumonía puede causar la acumulación de líquido en el fino espacio que hay entre las capas de tejido que recubren los pulmones y la cavidad torácica (pleura). Si el fluido se infecta, es posible que deban drenarlo a través de una sonda pleural o extraerlo mediante una cirugía.
- Absceso pulmonar: un absceso tiene lugar si se forma pus en una cavidad en el pulmón. Normalmente, los abscesos se tratan con antibióticos. A veces, se necesita una cirugía o un drenaje con una aguja larga o una sonda que se coloca en el absceso para extraer el pus.