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Qué dicen las encuestas sobre participación y votos de rechazos en las elecciones primarias

SCALDIA
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José Saramago lo imaginó en una novela que no por casualidad tituló “Ensayo sobre la lucidez”. Día de elecciones en un lugar equis en un tiempo inespecífico y gana el voto blanco; conmoción total; la legitimidad del sistema puesta en entredicho; el gobierno manda a repetir las elecciones siete días más tarde y no solo vuelve a ganar el voto en blanco, sino que por una diferencia mayor.

Citar al Premio Nobel portugués es un lugar común (perdone el lector por no haber sabido escapar de ahí) cuando es perceptible que cierto desánimo o incredulidad de la sociedad en sus dirigentes sobrevuela un proceso electoral, pero es eso: una novela que juega con situaciones de máxima para poner sobre la mesa que si las urnas son la principal herramienta para expresar sentimientos por sus problemas y hacia los dirigentes o el sistema político en general.

Ahora ubiquémonos en provincia de Santa Fe, Argentina, septiembre de 2021. Una bolsa de sentimientos negativos aparece en boca de consultores, analistas y periodistas cuando se refieren a lo que perciben sobre las elecciones primarias que se realizarán en apenas una semana. Mencionan pandemia, crisis económica, apatía, desinterés, mala onda. Y es innegable que esos sentimientos negativos hacia la política y sus dirigentes circulan, pero ¿significa eso que se avecina una elección atípica que los exprese en alguna de sus variantes posibles, ya sea abstencionismo, voto en blanco, anulación del voto, voto bronca? AIRE recurrió a cuatro consultores políticos y encuestadores para saber si algo de esto aparece en los sondeos de opinión. Se trata de Raúl Aragón, Roque Cantoia, Martín Ostolaza y Julián Crucella. Primera respuesta: ninguno recabó en sus encuestas un dato duro que respalde esa hipótesis.

Lo que sí admiten es la dificultad para hacer las encuestas. Es muy baja la cantidad de personas que acepta destinar unos minutos a responder una encuesta electoral, ya sea por teléfono o presencial. Sin embargo sería un error interpretar esa falta de predisposición con una conducta abstencionista o de voto blanco o nulo. Incluso uno de los entrevistados revela que es un tema que se repite hace tiempo, no hay novedad allí. “No vemos una tasa de rechazo diferente a la habitual. La aceptación a responder una encuesta siempre está en la línea entre 5 y 10 cada 100 consultas. No es nuevo esto”, afirma Cantoia.

Corrientes y Salta

Las elecciones son en todo el país. Las 24 provincias eligen legisladores nacionales. Algunas, según el caso, votan cargos locales. Las menos también eligen cargos ejecutivos, como ocurrió en Corrientes el domingo pasado. Ahí llamaron la atención dos cosas: el aplastante triunfo del gobernador Valdez, reelecto con el 75% de los votos, y una participación más baja de lo normal para una elección general en la que se eligen cargos ejecutivos. Votaron el 66% de los electores habilitados, sustancialmente menor en relación al 79% que lo hizo cuatro años atrás.

Unas semanas antes, en Salta, en las elecciones generales para legisladores la participación apenas alcanzó el 64%. De ese total, más del 12% votó en blanco.

Qué dicen las encuestas

El consultor nacional Raúl Aragón apunta a dos factores característicos de este turno electoral: el “clima de desilusión y hartazgo” y el hecho de que “las primarias convocan menos que las generales”. “Los que nos dicen que no van a votar son el 6 o el 7%, después quizás serán el 20% o más”, afirma. Su encuestadora no recogió dato concreto que le anticipe una situación atípica.

“Lo que venimos percibiendo es apatía y desilusión crónicas y bronca con la política. Los políticos no paran de hacer pavadas”, dice Aragón y pone como ejemplo el debate en la campaña bonaerense sobre “garchar o no garchar”, cuando “lo que yo quiero escuchar son propuestas y todas estas cosas que pasan tienen un efecto de desencanto que viene creciendo”.

Para Aragón, si bien se eligen cargos para el Congreso Nacional, “es provincia por provincia, son 24 elecciones provinciales diferentes. La lógica electoral de las provincias pesa mucho” en lo que se vota y cómo se vota, sostiene el consultor. Pone como ejemplo lo ocurrido en Corrientes el domingo pasado: “Se vio muy claro en esa provincia, la gente está muy conforme con la gestión del gobernador y eso pesó en la reelección. No recuerdo una elección que el ganador saque el 75%”.

Martín Ostolaza, director de Innova, afirma que en sus trabajos no aparece ninguna alerta en particular sobre mayor abstencionismo o voto blanco o nulo. “De las encuestas que nosotros venimos realizamos, vemos que depende de la ciudad, en algunos nos encontramos con mayor cansancio o hartazgo. No lo veo unánime”, cuenta.

Ostolaza cuenta que para el sondeo que realizó a principios de agosto un cliente “incorporó al cuestionario preguntas vinculadas a lo electoral para ver el clima en términos de sentimientos. Pusimos a competir seis sentimientos frente a la próxima elección, tres positivos y negativos mezclados. Pesaron más los negativos por una amplia mayoría. Pero cuando preguntamos si iría a votar si no fuera obligatorio, el 55% dijo que iría igualmente”.

“Me parece que la gente lo toma más natural. Apatía, frialdad, etcétera, ya vienen sucediendo, puede intensificarse un poco, pero no se percibe en nuestros trabajos algo extraordinario”, reafirma el director de Innova.

Managment & Fit introdujo en su cuestionario del 2 al 9 de agosto la pregunta: ¿Cuán dispuesto está usted en ir a votar? El 48,6% dijo que iría a votar sin problema; otro 42,9% que podría ir a votar tomando recaudos y con protocolos seguros. Solamente el 6,5% dijo que no irá a votar (con mayor incidencia en Rosario que en ciudad capital).

Roque Cantoia, de Doxa Data, que encuesta regularmente en Rosario y Santa Fe, confirma que entre los consultados no aparece un rechazo a ir a votar. “En las encuestas de principios de agosto los indecisos estaban en el orden del 10 o el 12% y en general expresaban una predisposición a votar”.

Sospecha que cuando consultores en medios porteños hacen tanto hincapié en la apatía y el desinterés y machacan en que hay un mayor rechazo y que eso complica mucho la tarea de encuestar, “están abriendo el paraguas por el fracaso que vienen teniendo las encuestas en los últimos procesos electorales”.

“Considero que las dificultades para estimar los resultados están dadas más por la fragmentación de la oferta electoral y la aparición de figuras con alto nivel de conocimiento que se postulan por fuera de los principales frentes políticos, especialmente en ciudad de Rosario, que por una mayor tasa de rechazo en los sondeos y una menor disposición a concurrir a votar”, afirma Cantoia.

Recuerda que las elecciones legislativas de medio término, en las que no se votan cargos ejecutivos, tienen su particularidad. Y más todavía las primarias, donde la asistencia siempre es menor. Los datos corroboran esa realidad. En las Paso de 2017, la participación en Rosario fue del 69% y en la general fue del 73%. Entre uno y otro comicio votaron 65 mil rosarinos más. Esa foto se repite desde que en 2005 Santa Fe fue pionera en introducir el sistema de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias en su sistema electoral.

Julián Crucella, cofundador de Inmediata, confirma que tampoco en sus trabajos aparece un aumento en la intención de no votar, o crecimiento de voto en blanco o nulo. “No aparece, pero tampoco me sorprendería que ocurra”, dice en referencia al clima que recogen los cuestionarios.

“No creo que haya un problema con esta elección en particular, sino que se manifiesta un problema con la política general. Lo que sí aparece es que el problema son los gobernantes. Un clima de desencanto con la política porque no logran solucionar problemas muy concretos que llevan años. Ahí se nota más”, explica.

La duda que le queda con respecto a la participación de este domingo 12 es en qué va a ocurrir con los cambios en los lugares de votación –se amplió el número de locales por la pandemia– y con electores que vayan a los locales donde votan normalmente y esta vez tengan que trasladarse varias cuadras a otro lugar por no haber consultado antes el padrón.

La conclusión, tras las consultas a Aragón, Cantoia, Crucella y Ostolaza, es que un clima de menor participación o voto de rechazo no aparece en las encuestas. Hoy no hay datos concretos científicos que indiquen que eso pueda ocurrir, aunque también corresponde hacer una salvedad: ya está demostrado que el hecho de que no pase en las encuestas no quiere decir que no vaya a ocurrir. Y en la realidad, no en una novela como la de Saramago.

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