Por ANDRES GIMENEZ – Esta mañana, los conductores que transitaban por la Ruta 39, cerca de la zona de los moteles y a pocos metros del paso a nivel, recibieron una dosis inesperada de «misterio local». Ahí, a plena vista, y como si fuera una escena sacada de una película de terror de bajo presupuesto, se encontraban bien dispuestos una botella de caña, una vasija con arena, una caja de fósforos y otros objetos dignos de un bazar esotérico.
La inusual escena provocó diversas reacciones. Algunos conductores se mostraron intrigados, mientras que otros, armados con una imaginación fértil y tiempo de sobra, se sumergieron en teorías sobre brujería, gualichos y rituales oscuros. Al parecer, cualquier cosa es posible cuando uno circula por la Ruta 39, sobre todo cerca de los moteles.
El hallazgo ha desatado una ola de especulaciones sobre su significado. ¿Será un ritual para asegurar el buen clima? ¿Un intento desesperado por mejorar el tránsito? ¿O simplemente el resultado de una noche muy creativa y un poco de caña de más?
Las autoridades locales, con la calma que las caracteriza, no han emitido declaraciones, dejando a la comunidad en un estado de curiosidad insaciable. La Ruta 39 ha ganado notoriedad, convirtiéndose en el nuevo punto de interés y debate. Mientras tanto, la vida sigue, y los habitantes de la zona seguirán imaginando qué otros misterios podrían aparecer a lo largo de este tramo de carretera, tal vez con una pizca de humor y mucho, mucho asombro.