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«Me manoseaba de arriba a abajo y apoyaba sus genitales»: enfermera denunció a su jefe por abuso sexual

SCALDIA
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Una denuncia de abuso sexual conmociona al Servicio Penitenciario Federal en el Insituto Penal Federal Campo de Mayo-Unidad 34 en la provincia de Buenos Aires. 

Una enfermera acusó al jefe de la sección médica del Instituto, Juan Carlos Sorbello, y denunció el «calvario» que vivió en el ámbito laboral y extendió su denuncia a otras siete personas, entre ellas una mujer, por la violación de la ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales.

«Una mujer tiene que aguantar por querer trabajar que su jefe te considere una silla, un teléfono, que si vos estas en la oficina te pueda manosear las veces que quiera. El Servicio Penitenciario me abandonó. Le pido a la justicia que deje de ser machista. Quiero que investiguen. Quiero justicia», afirmó Analía Verónica Pérez Gamón, ayudante de 5° del área de salud del organismo, en TN.

Todos los acusados cumplen funciones en el Instituto Penal Federal Campo de Mayo-Unidad 34, en el oeste del Gran Buenos Aires. La causa la lleva el juzgado Federal 2 de San Martín.

«Fue una tortura. Pedí que me mandaran a limpiar los pisos y él (decía) que el error es mío. Empezó a manosearme delante la gente. Con la excusa de hacerme cosquillas me manoseaba de arriba abajo. Pasé de pesar 55 a mas de 93 kilos. Estoy casi pelada de los nervios y uso extensiones», indicó.

Además, dijo que «en otras áreas» le han «llegado infinidad de casos de denuncias (de mujeres) que han pasado lo mismo. La presión es tan grande que te zamarreaban, te inventaban faltas, te amenazaban con echar del trabajo. Vivía vomitano. Sorbello es un degenerado», enfatizó.

Qué dice la denuncia

En su presentación, la agente Analía Verónica Pérez Gamón, ayudante de 5° del área de salud del organismo, denunció «el calvario vivido desde el mes de agosto de 2019 a la actualidad» en esa dependencia.

Según la denuncia, Sorbello, abusó sexualmente de ella y ejerció «violencia de género» en su contra. «El resto de las personas nombradas, han ejercido sobre mi persona, conductas que encuadran de forma palmaria en violencia de género, en el ámbito laboral», indicó.

Además de Sorbello, los acusados son: el jefe de Despacho sección asistencia médica adjuntor principal Francisco Ezequiel Ayala; el ayudante de primera, encargado de enfermería Alejandro Avila; el subadjuntor Sánchez Pérez; el adjuntor principal Pablo Guillermo Cisneros; el subdirector Héctor Daniel Sassi; la encargada de sección de despacho Sanidad Eliana Barberis; el director de la U-34, subprefecto Ricardo Alderete.

Tras mencionar cuáles fueron las distintas actividades ejercidas en su trabajo, desde enfermera a «coordinadora del programa de asistencia integral» a personas privadas de la libertad, la denuncia señaló que cuando asumió el subdirector, Héctor Sassi, comienzan a cambiarle sus funciones «en forma arbitraria» y la sancionaron «con acusaciones falsas y documentación falsa».

«Todo el castigo fue por manifestarle al subdirector Sassi mi desaprobación, disconformidad, descontento con los malos tratos, humillaciones, vejaciones, y abusos recibidos de parte de algunos oficiales y jefes directos a mis funciones. Es decir, mis superiores», indicó.

Y añadió. «A Sassi le conté que el jefe médico, doctor Juan Carlos Sorbello, en reiteradas oportunidades, me maltrataba, me gritaba, y me tocaba. Después, de manifestarle estas acusaciones, Sassi, se iba a comer sushi con el Dr. Sorbello o me cargaba, me hacía burla en relación a mis dichos. El Dr. Sorbello en varias oportunidades me apoyó sus genitales en diferentes partes de mi cuerpo. Pasaba y me apoyaba. Sus genitales siempre mes los apoyó con sus pantalones puestos. Siempre buscaba la ocasión para pasar detrás de mí, de costado o de frente y apoyaba sus genitales sobre cualquier parte de mi cuerpo. Sobre mis brazos, mi pierna, mi cola. Siempre se las ingeniaba para apoyarme», denunció.

Tras denuncias amenazas y vejaciones, puntualizó que en febrero de 2020 le tocó «la parte superior de la cola» y que por ello lo insultó. Además, aseguró que le mostraba videos pornográficos. Pérez Gamón acusó también a Alejandro Avila de intentar besarla dos veces y mostrarle videos obscenos.

En la denuncia, señaló que la fueron «cambiando de cargos» y comenzó a trabajar con otros de los acusados, «degradándome en los puestos. Me dejaron en una oficina con las personas que me humillaron, acosaron y con quien me abusó sexualmente. Una película de terror», apuntó.

La enfermera realizó un precisa presentación de diferentes situaciones que terminaron con su traslado al penal de Marcos Paz.

«Fui abusada sexualmente y viví situaciones de extrema humillación, que de forma evidente, violan los preceptos rectores de la LEY 26.485. Quiero que sepa que tengo miedo de realizar esta denuncia, por las represalias que puedo llegar a tener. De todos modos, quiero que se haga justicia, por los hechos horrorosos que he vivido, e intentar evitar de alguna manera, que le pase lo mismo que me pasó a mí, a otra mujer, dentro de esa institución», indicó.

La insólita defensa de uno de los denunciados

Uno de los acusados por Analía Verónica Pérez Gamón se comunicó para dar su versión. Pidió mantener su identidad en reserva porque -según aseguró- el Servicio Penitenciario le impide hacer declaraciones. Desde el anonimato, desacreditó los dichos de la denunciante: «Todo lo que dice es mentira. Si tiene videos y mensajes de WhatsApp que los muestre. Si es verdad todo lo que dice, ¿por qué el marido nunca vino a encararnos?».

Y afirmó: «Ella quería ser oficial. Consulten aquí a ver qué opinan de ella. Quería pasar (los exámenes). Esperaba tener buenas calificaciones y como no le fue bien terminó haciendo esto. Háganme un polígrafo. Averigüen cómo le dio la pericia psiquiátrica: le dio mal». /TN

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