Los desafíos de Messi en 2022: Qatar y la Champions con PSG

Los desafíos de Messi en 2022, Despojado de la pesada mochila de consagrarse campeón con la selección argentina, sueño cumplido con la Copa América 2021, Lionel Messi inicia mañana un nuevo año con otros dos desafíos anhelados: ganar el Mundial de Qatar y consagrarse en Europa con el Paris Saint Germain.

Leo cerró un 2021 lleno de alegrías con la «Albiceleste» por la vuelta olímpica en el Maracaná, tras vencer en la final a Brasil, y en el dulce reencuentro con el público argentino en el Monumental cuando le hizo tres goles a Bolivia en las Eliminatorias Sudamericanas.

El unánime reconocimiento en su país ya es una realidad, no quedan personas que lo discutan en las calles, ni en las redes sociales, su fenómeno se afirmó y ahora su máximo objetivo es el Mundial de Qatar para sacarse la espina de Alemania en Brasil 2014.

En el primer semestre del año, el astro argentino buscará la consagración en su nuevo club, PSG, donde todavía tiene pendiente su mejor versión. El desafío, en ese sentido, es darle a la entidad parisina la primera y ansiada Liga de Campeones de Europa.

Es que este 2021 también dejó atrás su historia con Barcelona cuando en junio salió por una pelea con Joan Laporta y desembarcó en el galáctico club parisino junto con sus amigos Leandro Paredes, Neymar y Ángel Di María.

PSG todavía adeuda mostrar un juego asociado entre sus mejores piezas Kylian Mbappé, Messi, Marco Verratti, entre otros. Los nombres le sobran al PSG y el argentino deberá liderar la embestida futbolística, que por ahora parece tener asegurada la Ligue 1 de Francia -le lleva 13 puntos a Lille- pero la obsesión es la Liga de Campeones.

Y ahí tendrá en febrero enfrente a Real Madrid, actual líder de LaLiga, que se muestra como un rival más sólido con un Karim Benzema imparable. Messi afrontará allí su gran desafío: mostrarse contra un viejo conocido y candidato al título también.

La ida de este choque planetario entre estrellas de todas las nacionalidades se jugará el martes 15 de febrero en el Parque de Los Príncipes y la vuelta será el miércoles 9 de marzo en el Santiago Bernabéu.

En esta competición es que Messi mostró su mejor versión en PSG, con cinco goles en cinco partidos, y eso ilusiona al cuestionado Mauricio Pochettino, que resistió las duras críticas de los medios franceses por el mal desempeño de sus dirigidos.

Para llegar hasta ahí, Messi antes debutará en el calendario este 9 de enero contra Olympique Lyon, por la 20ma. de La Ligue 1, para tomar ritmo luego de sus vacaciones de fin de año en Rosario.

Y en la Selección, con el pasaje para Qatar en la mano, caminará un año que tendrá su máxima cita en noviembre, ya que el Mundial cambió de calendario por las altas temperaturas de Medio Oriente.

Su presentación será contra Chile (27 de enero) en el desierto de Calama, donde el local tratará de tener su clima a favor para socavar el talento de los futbolistas argentinos. Luego se mudará a Córdoba para chocar con Colombia (1 de febrero) y así se reencontrará con el público argentino y en una tierra donde siempre lo amaron y se sintió de esta manera en la Copa América 2011 cuando recibía dardos de todos lados.

Argentina, de la mano de Messi, cerrará la Eliminatoria el 24 de marzo contra Venezuela, probablemente en Mendoza, y terminará el 29 de ese mes ante Ecuador en Quito, donde hace años se despachó con tres goles y la clasificación a Rusia 2018.

En el medio, entre el cierre clasificatorio y el Mundial, Messi podrá sumar una nueva estrella con la mayor: Italia estará adelante en el renovado estadio de Wembley.

La cita será el 1 de junio con una nueva copa entre la Conmebol y la UEFA, debido a la ausencia de la Copa de Confederaciones por falta de espacio en el estricto y agotador calendario.

Messi suele sentirse cómodo con los años mundialistas, en el 2010, ya asentado como figura de Argentina, bajo la mirada de Diego Maradona desde el banco de suplentes, y curiosamente a nivel clubes concretó 62 goles en 67 partidos, como contracara de su falta de festejos en Sudáfrica. Además, la temporada finalizó con el Balón de Oro, uno de los siete, en sus vitrinas.

La escena no se repitió en el cierre del 2014, con la espina clavada por la final mundialista contra Alemania, con ese gol de Mario Götze en tiempo suplementario.

Esta vez, Messi culminó mejor el año de lo que empezó, entre lesiones y molestias, y lentamente se asentó el tridente con Neymar y Luis Suárez en Barcelona. Sus números igualmente fueron asombrosos: 58 goles (4 con la Selección) en 66 partidos. Solamente lo superó Cristiano Ronaldo (60 goles en 61 juegos).

Y como marca su carrera, en el 2018 también se convirtió en el máximo goleador de las mejores ligas del mundo y recuperó el trono arrebatado antes por el inglés Harry Kane. Messi se despachó con 51 tantos (4 con la Selección) en un año agridulce por la baja perfomance en Rusia en un controvertido ciclo que contó con tres entrenadores como Gerardo Martino, Edgardo Bauza y Jorge Sampaoli -estuvo en el Mundial- y una Asociación del Fútbol Argentino (AFA) revuelta por conflictos políticos, con intervención en el medio, y dirigenciales.

La armonía es otra en la actualidad de Argentina porque Messi ya no tiene ese peso, porque Lionel Scaloni parece haber encontrado un esquema en el que se siente cómodo y porque, tal vez al igual que en el período de Alejandro Sabella, convive con un grupo en el que es feliz y pleno afuera y adentro de la cancha.

Como pocas veces se ve a un Messi disfrutar en cada convocatoria, en cada partido y se lo observa más tenso en su nuevo club, en que sí aparece la densidad del deber ser y del cumplimiento con las exigencias de un jeque millonario que invirtió en su llegada y en el de muchas llegadas para tener su Liga de Campeones con PSG.