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Lo emboscan a metros de su casa y lo asesinan de un tiro en la espalda

SCaldia
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Patricio Ariel Patiño vivía donde había funcionado un búnker. Vecinos dijeron que lo habían amenazado para que abandonara el lugar.


Patricio Ariel Patiño se había mudado hace dos años a una casa de Gutiérrez al 200, casi en la esquina con el pasaje Médicis, que había comprado a cambio de 20 mil pesos y un auto. Pero la vivienda tenía una historia: tiempo atrás la casa y un pasillo que está al lado habían funcionado como un búnker de venta de drogas. La tarde de ayer cuando volvía a su domicilio algunas personas se le tiraron encima. El intentó defenderse pero recibió dos puñaladas y un balazo calibre 40 por la espalda. Corrió, un reguero de sangre marcó su camino confuso hasta que llegó a su casa donde no había nadie. Entró y cerró la puerta; quedó tirado detrás del portón y luego lo encontró su mujer. Ya estaba muerto.

Las primeras versiones fueron erradas; que se había suicidado o bien que había sido víctima de un robo. Pero la cuadra de Gutiérrez sabía de situaciones anteriores al disparo que cerca de las 15.30 le dieron muerte a Patiño, de 35 años.

Amenazado

«Lo amenazaron con que se tenía que ir de la casa, que si no lo iban a matar y hoy lo mataron. Le dijeron que se fuera y él era un hombre que trabajaba, que se levantaba a la madrugada para ir a ver a sus hijos y trabajar para su familia», dijo con bronca y desconsuelo un familiar de la víctima. En tanto, para los vecinos el caso estaba claro: «Quieren quedarse con la casa».

Algunos otros se asombraban de que no se hubiera escuchado un disparo ni nadie hubiera visto al hombre herido. «A esa hora un pibe herido caminando, ¿cómo no lo va a ver nadie?», se preguntaban y se respondían de una manera cruel: «Nadie ve ni habla porque la gente tiene miedo».

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Los mismos vecinos dijeron que «era un buen muchacho, que tenía trabajo y tres o cuatro hijos de distintas familias. Dicen que está controlado el Fonavi de Grandoli y Gutiérrez pero no es tan así. Acá si sos de un lugar no podés ir a otro y si sos de una cuadra a veces no podés ir a una esquina porque te insultan o te quieren matar», se lamentó una mujer enojada.

Por otro lado la zona es un lugar de eternas disputas por el territorio para la venta de drogas. «Esta casa antes era un búnker. El muchacho la compró pero estos de la bandita son así: mientras más plata hacen más quieren hacer. Y ahora si acá instalan otro búnker esto va a ser imposible. Fueron los de Médicis y todos lo saben», relató otra mujer que prefirió no dar su nombre.

Una vecina contaba que «alguna gente del Fonavi se tuvo que ir porque estos mismos que mataron a este pibe les pusieron notas debajo de la puerta para que se fueran».

«Esto no es un ajuste de cuentas. Lo asesinaron», gritaba a viva voz la pareja de Patiño, pero no quiso dar mas detalles. Una versión relatada por un pesquisa deslizó que «este muchacho Patiño era amigo de la familia Funes y muy conocido en el barrio.»

Según fuentes judiciales la fiscal de Homicidios Georgina Pairola «ordenó se comisione gabinete criminalístico de PDI, pericias fotográficas, toma de testimonios, levantamiento de rastros y el relevamiento de cámaras en la zona. Cerca de la escena del crimen se halló una vaina calibre 40».

Recurrente

El tema de usurpaciones no es nuevo en el barrio. El 7 de mayo pasado fue detenido en Médicis al 5100, a metros de donde fue el crimen de ayer, Enzo Nicolás «Negrete» R. Sindicado como hombre de confianza de Lautaro «Lamparita» Funes, en abril fue denunciado por un vecino a quien le habían usurpado la casa. Según esa presentación, la banda también tenía interés en quedarse con la casa de otra familia, al punto que balearon el frente de esa vivienda y eso motivó que sus moradores abandonaran el lugar.

En tanto el 17 de diciembre pasado fue baleada una casa en Médicis al 4800. Erika, la nieta del matrimonio que vive allí, relató entonces que «dejaron una nota exigiendo una suma de dinero que no tenemos: 300 mil pesos, y que si no la juntábamos iban a matar a cualquier integrante de la familia antes de las fiestas. Mis abuelos tienen más de 70 años. En esa casa vive mis abuelos, ambos con problemas de salud, además de mi mamá y mi tía».

En ese hecho, según se indicó desde Fiscalía, al menos dos personas no identificadas efectuaron seis detonaciones de arma de fuego contra el frente de la vivienda. El caso quedó a cargo del fiscal de Flagrancia Fernando Sosa, quien ordenó medidas investigativas, relevamiento de cámaras de la zona, levantamiento de rastros y toma de testimonios.

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