River perdió 1-0 y sufrió, pero pasó a la final, eliminó por quinta vez a Boca de la mano de Gallardo y va por su quinta Libertadores.
Y ahí está Marcelo Gallardo, festejando con sus jugadores en medio de una Bombonera que aplaude a sus jugadores, esos jugadores que pusieron en aprietos a River pero que no pudieron sacar al campeón de América de la Copa. Menos de un año después de la final en Madrid, la criatura del Muñeco vuelve a hacerlo y se da el máximo gusto que se puede dar.
El festejo de Gallardo
River no fue River desde su juego, le costó acertar pases (hasta erró laterales) y padeció la presión y los centros de Boca, que usó ese método como fórmula exclusiva para asustar a Armani. Le anularon un gol, el arquero salvó una pifia de Enzo Pérez, Mas remató todo afuera y Hurtado fue el único que pudo convertir a 10 minutos del final.
Antes, durante y después, River no pudo y por momentos dio la impresión de que no quiso jugar. Imprecisos Nacho Fernández y Palacios, sucumbió en la susesión de pases y no pudo superar el hostigamiento de Boca. Encima, el juez brasileño le cobró todo lo posible en faltas que hasta no parecieron.
Boca dejó la piel y por eso su gente, a pesar del dolor, no le hizo reproches. Pagó la falta de fútbol que acompañó este ciclo de Alfaro e intentó llevarse por delante a Rier. La pregunta que queda es qué hubiera pasado con una actitud así en el Monumental…
Fuente OLE