Las vacunas anticovid, la gran esperanza para acabar con la pandemia, no están llegando a todos.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió este lunes de la enorme desigualdad en la distribución de la vacuna contra el SARS-CoV-2 y alertó de graves consecuencias.
«Debo ser franco: el mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico, y el precio de este fracaso se pagará con las vidas y el sustento de los países más pobres», alertó Tedros en el discurso de apertura del Comité Ejecutivo de la OMS, que se reúne a lo largo de los próximos nueve días.
El máximo responsable de la OMS consideró que no es justo que gente sana y joven en naciones ricas acceda a la vacuna antes que grupos vulnerables en países más pobres.
Como ejemplo, explicó que se habían distribuido alrededor de 39 millones de dosis de la vacuna anticovid en 49 de los países más ricos, en comparación con tan solo 25 dosis en una nación pobre.
Hasta este enero, China, India, Rusia, Reino y Estados Unidos han desarrollado vacunas contra el coronavirus, y otras han sido desarrolladas por equipos multinacionales, como la de Pfizer, una colaboración germano-estadounidense.
Casi todas estas naciones han priorizado la distribución a su propia población.
El máximo responsable de la OMS consideró que la estrategia del «yo, primero» será contraproducente ya que hará que suban los precios y llevará a la acumulación de vacunas.
«Al final, estas acciones tan solo prolongarán la pandemia, las restricciones necesarias para contenerla y el sufrimiento humano y económico«, añadió.
El jefe de la OMS pidió un compromiso pleno con la plataforma COVAX, coordinada por la OMS para garantizar un acceso equitativo de las vacunas en los países en desarrollo con ayuda financiera de los países desarrollados, que está previsto que empiece a funcionar el mes que viene.
«Reto a todos los estados miembros a que garanticen que, para el Día Mundial de la Salud el 7 de abril, las vacunas contra la covid-19 estén siendo administradas en todos los países, como símbolo de esperanza para superar tanto la pandemia como las desigualdades que están en la raíz de tantos desafíos globales de salud».
Hasta este enero, más de 180 países se habían unido a la iniciativa COVAX. Su objetivo es unir a los países en un bloque para que tengan mayor poder a la hora de negociar con las farmacéuticas.
Un total de 92 países -todos ellos de ingresos medios o bajos- adquirirán las vacunas a través de un fondo patrocinado por donantes.
«Hemos conseguido 2.000 millones de dosis de cinco productores, con opción a 1.000 más, y esperamos empezar con la distribución en febrero«, dijo Tedros.
Pese a las desigualdades, el director general consideró que aún no es tarde para revertir la situación.
«Hago un llamado a todos los países para que trabajen conjuntamente para garantizar que en los primeros 100 días de este año, la vacunación de los trabajadores sanitarios y las personas mayores esté en marcha en todos los países».
El mes pasado, la Alianza Vacuna del Pueblo, una red de organizaciones que incluye a Amnistía Internacional, Oxfam o Justicia Global Ahora, denunciaron que los países ricos estaban acumulando dosis de vacunas anticovid y alertaron que las personas de países pobres se quedarían atrás.
La coalición señaló que cerca de 70 países de bajos ingresos tan solo podrían vacunar a una de cada 10 personas.
Canadá, en concreto, fue muy criticada; la coalición denunció que el país había pedido suficientes dosis de vacunas como para proteger a cada canadiense unas cinco veces.
En diciembre, la ministra de Desarrollo Internacional de Canadá, Karina Gould, rechazó las acusaciones de que el país estuviera acumulando vacunas y señaló que cualquier debate sobre un excedente era algo «hipotético» ya que las dosis no se habían entregado.
Gould aseguró que Canadá estaba destinando US$380 millones para ayudar a países en desarrollo en su lucha contra la covid-19.