Hallaron a dos niñas perdidas en el interior del monte en Santiago del Estero
Ante un despliegue de efectivos policiales de la Comisaría 33 de Sumampa y subcomisaría de Sol de Julio, y vecinos, hallaron a las dos hermanitas desaparecidas en Santiago del Estero. Luciana Ludmila y Camila Lucrecia Leiva fueron identificadas en el interior del monte, en el departamento Quebrachos, tras casi ocho horas de duración del operativo.
Las niñas de nueve y seis años, que viven en el paraje Laguna del Monte, habían salido a buscar ovejas cerca de las 18 horas. Sin embargo, las horas transurrían y las menores no regresaban, por lo que sus padres Alberto Alejandro Leiva y Liliana Vanesa Silva, decidieron contactar a los oficiales y comenzar la búsqueda.
Afortunadamente y por el operativo, las niñas fueron halladas pasadas las 2 horas de la madrugada en el interior del campo, a 15 kilómetros de su vivienda. Sin demora, se las trasladó en ambulancia al hospital de Sol de Julio, donde fueron examinadas. Si bien ambas «se encuentran en buen estado de salud», aún permanecen en observación y con suero hidratante.
«Ellas fueron atrás del corral y no encontraron las ovejas, por lo que fueron a buscarlas y se metieron al monte. Comenzamos a seguir las pisadas que dejaban y nos metimos al monte por un caminito que hacen las cabras, pero por momentos la huella se perdía porque era muy montuosa la zona», contó a la agencia Télam el padre de las niñas, Alberto Alejandro Leiva.
«Salí junto a unos vecinos, estuvimos toda la tarde y noche buscando, yo les gritaba ‘Luli y Cami si me escuchan contesten’, y con linternas buscábamos por todos lados y era muy oscuro, y así pasadas las dos de la madrugada, escuché a la más chica que me contestó, y rápido me acerqué», continuó relatando sobre las desesperadas horas de búsqueda.
Leiva contó que tras no encontrar a las ovejas, las niñas se cansaron de caminar, se acostaron y se quedaron dormidas en el piso. «Se les vino la noche y dejaron de caminar y se acostaron a dormir, habían limpiado un poco y se abrazaron y se quedaron dormidas, no lloraron ni se asustaron; gracias a Dios que me las cuidó, ellas están bien», reconoció el hombre.
