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Cómo regular las emociones que nos genera el Mundial

SCALDIA
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Emociones que nos genera el Mundial, El domingo arrancó el Mundial y el martes debutó Argentina. Qué debut por favor, qué estrés! ¿Ya da para desilusión, ansiedad, miedo?.  Los mundiales siempre nos generan ese no sé qué, esa sensación de pura adrenalina, ese mirar al equipo y alentar con la camiseta bien puesta. Solo lo vivimos cada 4 años, y cada 4 años lo recordamos y volvemos a vivirlo como si fuera la primera vez. Hoy me toca, como a varios de ustedes, vivirlo junto a mis hijas, ya más grandes, ya todas conscientes de lo que está pasando, ya todas con la “camiseta bien puesta”.

Emociones que nos genera el Mundial

Mientras miraba el partido, con mariposas en la panza y unos nervios locos, pensaba, qué lindo poder sentir esto por el país de uno, sentirnos unidos, confiados, con fe y esperanza. Qué lindo sería que esto no se de solo por el Mundial, que podamos ver lo que somos como país, lo mucho que tenemos y lo que logramos unidos. ¿Muy soñador lo mío, sueño que podremos cumplir? Ojalá que sí, ojalá que podamos unirnos como país, junto a nuestros hijos. Más allá de ésto, y para no irme por las ramas, quería que pensemos un poco también en lo que nos generan esas emociones, esas sensaciones, y ver cómo podemos regularlas.

Emociones que nos genera el Mundial

Siempre hay oportunidad para poder trabajar la regulación emocional y esta oportunidad es única, Ayer a las 9 de la mañana todos estábamos muy frustrados, enojados, tristes, pero el día recién empezaba, había qué seguir. Allí es donde vemos el poder de trabajar estas emociones, que ellas no nos dominen a nosotros, sino nosotros aceptar y convivir con ellas. Está bien estar triste, frustrado, era toda una ilusión, pero no está bien si eso nos limita, nos define el día, no está bien que por eso nos peleemos con la gente, nos tratemos mal o perdamos la paciencia, la vida continúa, sigamos con fe y esperanza, no solo en el Mundial, sino en una Argentina más unida, una Argentina mejor.

Y claro está qué todo esto se traslada a nuestros hijos, ellos ya son más grandes, pueden entender lo qué pasa, nos ven actuar, nos ven sentir, qué mejor qué nos vean unidos, con esperanza, con fe, que todo esto nos ayude. Todo, absolutamente todo, es una oportunidad, un aprendizaje, un momento ganado y un principio para seguir, no dejemos que nos gane la ansiedad, la ira, la frustración, no enseñemos eso a nuestros pequeños.

    De cómo vivamos este mundial, ellos aprenderán a vivir los suyos.

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