La combi, cargada de droga, la entregó Germán Velázquez a Luis Paz y Andrés Canteli en la playa de estacionamiento del Walmart, frente al barrio El Pozo. Al día siguiente del allanamiento en la casa de Canteli, el vehículo apareció abandonado, con una rueda pinchada y con más de 140 kilos de marihuana.
El calor era asfixiante aquella siesta del 12 de noviembre. Eran las 15.07, cuando la combi Peugeot Boxer estacionó en la playa de la estación de servicio Axión Energy que está en el predio del supermercado Walmart, en el kilómetro 6 de la ruta 168, frente al barrio El Pozo. Luis Paz y su socio el arquitecto Andrés Canteli esperaban a Germán Velázquez en el bar de la estación de servicio.
En la combi estaba lo que Paz esperaba desde hacía varios días. Por eso lo había llamado a Canteli varias veces y se desesperaba que el arquitecto tuviera el teléfono apagado o en silencio. No podía atenderlo porque su socio en el narcotráfico estaba en un retiro espiritual en Aldea Brasilera, a 50 kilómetros de Santa Fe. “Podemos trabajar en sanar todo tipo de situaciones problemáticas, ya sea en el ámbito de las relaciones humanas, en hábitos o patrones propios limitantes, en emociones y pensamientos recurrentes y en dificultades laborales”, era el argumento místico que había atraído al arquitecto.
Pero la cabeza de Cantelli no estaba en resolver sus problemas a través de la sanación con las constelaciones familiares, sino en la “entrega”. El 8 de noviembre, mientras estaba en Aldea Brasilera, ese pequeño pueblo fundado en 1882 por un grupo de alemanes del Volga, Canteli habló a las 10.32 con el celular de Paz y nueve minutos después llamó al teléfono fijo de la casa de su jefe en el country Los Molinos. Atendió la mujer del empresario narco, que primero le consultó por unas cuestiones relativas a una obra en la casa, y después Canteli le dijo que seguiría en el retiro un día más. “Vamos a volver a la tarde porque tenemos que hacer unas cositas con Luis. Una entrega. Así que tenemos que ver cómo coordinamos”, dijo Canteli.
La “entrega” se concretó, como el arquitecto había sugerido a Graciela, cuatro días después, el 12 de noviembre a la hora de la siesta en el estacionamiento de la Axión Energy del Wallmart, según el expediente 48363/2017 al que tuvo acceso Aire de Santa Fe.
Esa combi Peugeot Boxer carga con una historia y un misterio. El 10 de diciembre, por pedido del fiscal federal Walter Rodríguez, Paz y Canteli fueron detenidos, el primero en un departamento del centro de Rosario, y el otro en Santa Fe, en el barrio 7 jefes, en su casa en Antonia Godoy y Pedro Zenteno. Fueron acusados de tenencia de estupefacientes para su comercialización y supuesto lavado de dinero.
Lo extraño fue que al otro día que fuera allanada la casa de Canteli, quien fue detenido, apareció la camioneta que un mes antes Germán Velázquez le había entregado a Paz y al arquitecto en la playa de la estación de servicio Axión Energy del Wallmart. Un llamado al 911 avisó que había una camioneta “extraña” en esa cuadra. Tenía la puerta trasera abierta y una cubierta pinchada. Cuando llegaron los policías descubrieron que dentro de la combi había 146 kilos de marihuana.
A Germán Velázquez lo fue a buscar la Policía Federal el 20 de mayo pasado, en dos domicilios de pleno centro de Paraná, en calle Pellegrini al 400. No lo encontraron y la justicia dictó su captura nacional e internacional. Este muchacho de 24 años, oriundo de Paraná, está ligado a Paz desde hace tiempo. Figuró como empleado de la empresa de transporte Paz SRL entre los meses de julio y octubre de 2013. Y fue el propio Paz quien aclaró en su ampliación de indagatoria que era el padrino de su nieta. La pareja de Velázquez, según el expediente judicial, se movía en una camioneta Honda CR-v, que estaba a nombre de Paz.
Pero hay otro hecho que no figura en la causa por narcotráfico y lavado de dinero contra Paz que lo liga a los sicarios que estuvieron acusados y fueron absueltos por el beneficio de la duda en el crimen de Claudio Cantero, alias Pájaro, líder de Los Monos. Velázquez fue demorado el 11 de setiembre de 2013, cuando la Policía de Investigaciones (PDI) detuvo en una estación de servicio de Santo Tomé a Milton Damario, quien tenía pedido de captura por el crimen de Cantero y por el homicidio de Juan Pablo Colazo, un narco que en noviembre de 2012 sabía que lo iban a matar y estuvo escondido con un chaleco antibalas varios días hasta que Damario y Luis “Pollo” Bassi lo encontraron y lo sacaron de debajo de una cama y lo ejecutaron.
“En ese momento no pudimos probar la relación de Damario con Paz, pero sabíamos que eran parte de lo mismo. A Damario lo escondía Velázquez en Paraná, y desde allí movían la droga para Santa Fe y Rosario”, afirmó a Aire de Santa Fe uno de los jefes de la PDI que estuvo a cargo del operativo para detener a Damario, quien se movía con 11 celulares en dos, una camioneta VW Amarok y un VW Bora.
En ese momento, Velázquez estaba limpio. Tenía 18 años y un prontuario nuevo con la mayoría de edad, que no incluía ningún delito. Lo tuvieron esposado contra una de las paredes de la estación de servicio en Santo Tomé y después lo tuvieron que liberar. Con los años no sólo creció su jefe Luis Paz, sino él. En la causa está sospechado de ser el proveedor de estupefacientes de Luis Paz. La droga provenía de Paraguay y cruzaba a Corrientes.