El Milagro que Convirtió a Mama Antula en Santa: La Sanación de un Santafesino
El Papa Francisco ha autorizado la promulgación del decreto del milagro atribuido a Mama Antula, y se espera que en unos días firme el decreto que la canonizará como la primera santa argentina.

A través de un comunicado oficial desde el Vaticano, se anunció este martes la aprobación de un milagro atribuido a la «intercesión» de María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como la beata de los Ejercicios Espirituales. En 1730, recorrió más de 4,000 kilómetros a pie descalza por todo el virreinato, continuando el legado jesuita a pesar de la prohibición.
De esta manera, Mama Antula se convertirá en la primera santa argentina, con una ceremonia que se llevará a cabo, según las fuentes vaticanas, en la Plaza San Pedro a principios de 2024.
Mama Antula
María Antonia de Paz y Figueroa nació en 1730 en Santiago del Estero, provincia de Tucumán, Argentina. De familia acomodada, recibió una sólida educación religiosa y espiritual desde su infancia.
Cuando era joven, entró en contacto con la espiritualidad ignaciana. En 1745, vistió el hábito de «beata» jesuita mediante la emisión de votos privados y se retiró al llamado «Beaterio». Allí comenzó a llevar una vida comunitaria junto a otras consagradas y se dedicó a la educación de niños, al cuidado de los enfermos y a la asistencia a los pobres.
En 1767, tras la expulsión de los jesuitas de los territorios de la Corona española, María Antonia maduró la intención de continuar el apostolado de los Ejercicios Espirituales, considerado un bien precioso para personas de todos los niveles sociales. A pesar de la oposición en su Comunidad, María Antonia perseveró en su intención de seguir organizando cursos de Ejercicios Espirituales.
Viajó a diversas ciudades y provincias promoviendo los Ejercicios Espirituales según el espíritu ignaciano. Su trabajo benefició a miles de personas.
El Milagro
El milagro que llevará a Mama Antula a la canonización tuvo como protagonista a Claudio Perusini. En 2017, Claudio Perusini, quien había sido alumno del Papa Francisco, sufrió un derrame cerebral en Santa Fe, que lo dejó en estado vegetativo. Su pronóstico era sombrío, y los médicos no esperaban que se recuperara.
Sin embargo, un amigo jesuita llevó una estampita de Mama Antula a la clínica y comenzó a rezar pidiendo un milagro. A los pocos días, Claudio Perusini mostró una notable mejoría y, después de meses de fisioterapia, recuperó su independencia y autonomía en la vida diaria.
La relación entre la invocación y la curación fue considerada un posible milagro, ya que no tenía explicación médica. La sanación de Claudio Perusini se convirtió en un claro testimonio de la fama de santidad y de los signos que rodearon a Mama Antula.
Este milagro permitirá que Mama Antula sea canonizada como santa en la Plaza San Pedro a principios de 2024. Su vida y su intercesión milagrosa han dejado una huella perdurable en la historia religiosa de Argentina.