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El biólogo que con su estudio sobre las hormigas pronosticó la ola de calor, ahora prevé períodos de fuertes lluvias

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Biólogo pronosticó la ola de calor, Jorge Finardi es biólogo y se ha convertido en un referente en cuanto al análisis del clima a través del estudio de los ritmos biológicos de las hormigas, entre otros insectos, y de las plantas. Remarca que el método no es científico. Pero sin dudas que es cualitativo, experimental y observacional. Y la trascendencia de su labor tiene el anclaje en los fundamentos, conclusiones y el nivel de certeza de lo que comunica. Por eso sus intervenciones en Twitter, con su cuenta @Georgeclimapron, se replican en los medios de comunicación por la particularidad de esta «antropología de insectos».

El 21 de octubre de 2021, Finardi escribió el siguiente tuit: «Observé la construcción de un nuevo hormiguero (hace más de un mes ) con más profundidad y muchas entradas y salidas, se podría inferir un verano con picos de calor intenso». Y dos días después, el 23 de octubre, agregó con relación al verano: «Desde unos meses atrás, de manera sostenida van llevando al hormiguero ramitas, palitos. Estos elementos son utilizados cuando lo rearman más sólido y elevado, lo que indicaría períodos de mucha lluvia en poco tiempo con posible viento. Los fenómenos serían azarosos y heterogéneos».

Lo que no es azaroso es el resultado del trabajo de este biólogo que también es licenciado en Comunicación Social. Porque en este momento el país atraviesa un verano con un pico de calor intenso. Y Finardi recientemente describió que el comportamiento de las hormigas preanunciaban en unos días ese período corto de mucha lluvia.

– ¿Jorge, las hormigas se están preparando para la llegada de la lluvia el próximo domingo?

– Está claro que estamos en presencia de una cuestión climática con tendencia a los extremos. Por lo que las hormigas hace un tiempo fortalecieron estructuralmente sus hormigueros. Y tras estos días de intenso calor, se prevé la llegada del viento del este, incremento de la humedad y por ende la caída de mucha lluvia en poco tiempo. Y después viento sur.

– ¿Es decir que así como construyeron sus hormigueros con más profundidad y muchas entradas y salidas preparándose para el calor, también le dieron mayor fortaleza a la estructura con ramitas y palitos por las lluvias fuertes y abundantes?

– Así es. Y también contemplando a un invierno que será duro, porque existe una alta probabilidad de que caiga nieve en lugares que hace mucho tiempo o nunca se produjo.

– Cuando aludís a la tendencia a los extremos, ¿hacés referencia que a verano intenso, invierno también intenso?

– Tal cual, por eso la observación del trabajo que las hormigas desarrollaron hace unos meses en su hábitat nos hace proyectar estos indicadores.

Finardi, quien vive en San Pedro y estudió en la UNR, dialogó con La Capital con su amplio bagaje de conocimiento sobre el comportamiento de las hormigas, y si bien remarca que su método no es científico, su labor tiene su base en la etnometodología (en este caso de los insectos), la investigación empírica cultural que tuvo en el biólogo y antropólogo Claude Lévi Strauss al gran precursor.

Biólogo pronosticó la ola de calor, Cuando a Finardi se lo consultó por su labor, explicó: «Primero determino el grado de actividad de las hormigas en una escala del 1 al 10. Para armar la escala tengo en cuenta la cantidad de interacciones entre las hormigas, el número de hormigas involucradas, y el tipo y tamaño de carga que llevan, además, de la clase de hormiga que trabaja. Por ejemplo, cuando llevan palitos y ramitas, es porque tienen que fortalecer el hormiguero debido a que se aproxima lluvia o frío. Cuando hay movilización de tierra es porque se viene una lluvia fuerte. Cuando llevan cereal, viene frío, porque el cereal fermenta dentro del hormiguero y produce calor para que nazcan los hongos que ellas comen. Para las altas temperaturas, acondicionan los túneles, abren muchas entradas y salidas como si fuesen chimeneas, como agujeritos dentro del hormiguero que a veces tienen metros de profundidad. Cuando pasa eso, se viene una ola de calor, como la que estamos viviendo».

Por último, y estableciendo el nivel de conocimiento que adquirió con el desarrollo de su matriz que le permite una labor cualitativa, experimental y observacional, Finardi también alcanza conclusiones climáticas con las arañas porque «tienen la capacidad de detectar actividad eléctrica cuando aparecen y están muy activas», como lo hacen las cigarras «que anuncian calor», o las libélulas que también «pueden anticipar tormenta o viento», y los gallos que «cuando cantan a media noche anuncian neblinas». Y remarca una preocupación cuando las hormigas se muestran desorientadas, porque es probable que estén captando una actividad sísmica, incluso a mucha distancia del fenómeno.

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