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El aterrador ofrecimiento a Lara antes de su asesinato

SCaldia
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El crimen organizado suele dejar en su estela no solo la pérdida de vidas, sino también un rastro de horror y desolación que a menudo queda oculto tras las sombras de la impunidad. La historia del triple asesinato en Florencio Varela es un claro ejemplo de esto, revelando la brutalidad y el sadismo que pueden habitar en el corazón de las organizaciones criminales. Este caso ha sacudido a la sociedad, dejando preguntas inquietantes sobre la naturaleza del crimen y sus implicaciones sociales.

La violencia, el narcotráfico y la manipulación son elementos que entrelazan la narrativa de este trágico suceso, donde la vida de tres jóvenes se extinguió en un contexto de traición y venganza. A continuación, se presenta un análisis profundo de los eventos que rodearon el triple crimen, desentrañando la complejidad de las motivaciones y las dinámicas delictivas que lo sustentaron.

El contexto del crimen: una red de narcotráfico y venganza

El caso que ha conmovido a toda una comunidad se centra en el asesinato de Lara Gutiérrez (15), Brenda del Castillo (20) y Morena Verdi (20). Las tres jóvenes fueron víctimas de un plan macabro que se gestó tras el robo de 30 kilos de cocaína pertenecientes a una banda narco liderada por un individuo conocido como “Duro”.

El narcotráfico en la región ha crecido considerablemente, convirtiendo a Florencio Varela en un punto caliente de operaciones delictivas. Este contexto de violencia y competencia por el control de rutas y mercados de drogas crea un ambiente propenso a actos de venganza como el que resultó en la muerte de las jóvenes.

Le robaron droga al ‘Duro’ y las mataron por eso

En su declaración, Celeste Magalí González Guerrero, una de las detenidas, reveló que las tres víctimas fueron atraídas con la falsa promesa de una fiesta. Sin embargo, el objetivo era una emboscada que terminó en un desenlace fatal. “Le robaron 30 kilos de cocaína al ‘Duro’”, explicó Celeste, haciendo referencia a Víctor Sotacuro Lázaro, quien al parecer tenía un rol central en la organización delictiva.

Este tipo de venganzas no son inusuales dentro del narcotráfico, donde el castigo por traiciones o robos puede ser extremadamente violento. Las víctimas, engañadas, se encontraron en el lugar equivocado, y su destino fue sellado por la codicia y el deseo de venganza de una banda narco.

Los detalles de una noche del horror

La noche del 19 de septiembre fue el escenario de un horror inimaginable. Celeste relató cómo “Pequeño J”, acompañado de otros hombres, llegó a la casa donde se encontraban las chicas. “Las chicas bajaron sonrientes. Se las veía engañadas”, recordó. Pero la realidad era muy diferente: estaban siendo llevadas a un destino que cambiaría sus vidas para siempre.

Los hechos se tornaron violentos cuando una de las jóvenes intentó escapar. La desesperación y el pánico se apoderaron de la situación, resultando en un asesinato brutal que dejó una marca imborrable en quienes presenciaron el horror. Según el relato, Lara fue obligada a tener relaciones con uno de los agresores bajo la falsa promesa de que eso le salvaría la vida, un testimonio que revela la naturaleza cruel y despiadada de los criminales.

Una escena de sadismo y limpieza del crimen

Tras los asesinatos, los implicados intentaron borrar toda evidencia de sus crímenes. Celeste describe cómo, junto a su pareja, compraron productos de limpieza y combustible para deshacerse de cualquier rastro. “Fui al kiosco con Miguel, compramos lavandina, guantes, agua oxigenada y artículos de limpieza”, detalló, evidenciando la premeditación y el deseo de encubrir el horror que habían perpetrado.

Este tipo de acciones no solo reflejan la crueldad de los involucrados, sino también el nivel de organización que puede haber detrás de este tipo de crímenes, donde la limpieza de la escena se convierte en una prioridad para los delincuentes.

La transmisión del crimen y los rangos de la banda

Uno de los detalles más escalofriantes que surgieron de las declaraciones fue la afirmación de que el triple femicidio fue transmitido en vivo a otros miembros de la organización. Según Celeste, “Pequeño J” realizó una videollamada a altos mandos de la banda, mostrando cómo llevaban a cabo los asesinatos. Esta revelación arroja luz sobre la forma en que el crimen se glorifica dentro de estas organizaciones, utilizando la violencia como una herramienta de control y terror.

La estructura del grupo criminal se delineó a través del testimonio de Celeste, quien describió a varios niveles dentro de la jerarquía, desde el productor de la droga hasta los vendedores de calle. Este enfoque en la estructura organizativa permite comprender mejor cómo funcionan estas redes de narcotráfico.

  • Abuelo: Productor de la droga.
  • Papá: Encargado de gestionar el contrabando internacional.
  • Tíos y Pequeños: Operadores de la organización.
  • Bebés o Nulos: Vendedores de calle.

Me tenían amenazada

El ambiente de miedo que rodeaba a Celeste se hizo evidente en sus declaraciones finales. Admitió vivir bajo amenazas constantes por parte de su pareja, Miguel, quien la amenazaba con muerte si lo delataba. Esta situación resalta la manipulación y el control que los miembros de organizaciones criminales ejercen sobre sus cómplices.

La coerción es un elemento común en estos casos, donde el miedo se convierte en un mecanismo que impide a los involucrados buscar ayuda o escapar de la situación. La declaración de Celeste también busca desvincular a otros detenidos, alegando que estaban limpiando la escena por órdenes de los verdaderos culpables.

El avance de la causa

El fiscal Adrián Arribas ha señalado que las nuevas evidencias proporcionadas por Celeste están iluminando aspectos cruciales de la investigación. Se han solicitado numerosos allanamientos y se ha considerado la posibilidad de trasladar el caso a la jurisdicción federal debido a su conexión con el narcotráfico internacional.

La complejidad de este caso subraya la necesidad de un enfoque multidimensional en la investigación de crímenes relacionados con el narcotráfico, donde cada hilo puede llevar a nuevas revelaciones y conexiones. La policía sigue trabajando para desentrañar la red que se oculta detrás de este crimen horrendo, dejando claro que la lucha contra el narcotráfico y sus implicaciones debe ser una prioridad para las autoridades.

El avance de la causa no solo busca justicia para las víctimas, sino que también pone de relieve la urgencia de abordar la violencia y el narcotráfico de manera integral, con el compromiso de desmantelar estas organizaciones que atentan contra la vida y la seguridad de la sociedad.

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