Cómo trabajan los hackers, «Todo lo que es gratis es vulnerable pero, además, no te van a dar ninguna respuesta. Si no te cobran, no te quejes», le dijo a este periodista un especialista cibernético cuando le contó cómo le habían hackeado su listado de contactos de WhatsApp y que, a pesar de diferentes búsquedas, jamás podía encontrar la manera de reestablecer dicho servicio o aplicación.
Cómo trabajan los hackers
Todo empezó en la noche del viernes cuando un mensaje WhatsApp me preguntó por si podía depositarle dinero en una cuenta, sin más detalles. Todos los CBU ofrecidos son de Mercado Pago. Inmediatamente bloqueé y denuncié dicha conversación. El sábado, a la tarde, fue directamente una llamada desde un teléfono particular 3374 -6157, otro oculto y otro desde una numeración del extranjero (estas dos últimas llamadas no las atendí).
En la conversación directa me interpelaban sobre la necesidad de anotarme para el plan de vacunación covid-19 porque tenía que darme la nueva dosis. Jamás lo hicieron de esa manera, siempre me mandaron en la aplicación Vacunate el día y la hora para el nuevo turno. Pero, como hacía rato que no entraba a esa plataforma, no le di importancia. Luego me dijeron que me habían mandado un número de constancia, que se la pasé. Afortunadamente, en esa ocasión, el procedimiento de la estafa quedó trunco.
El martes, en horas de la tarde, también me volvieron a llamar. Y ahí sí la estafa prosperó. Realizaron el mismo procedimiento. Me pidieron el número de clave que me habían mandado, supuestamente, por mensaje de texto. Me hicieron esperar en línea, inclusive, y yo hasta me harté y casi corto. ¿Por qué no lo hice? Es algo de lo que aún me arrepiento.
Inmediatamente después de todo el proceso, mi teléfono empezó a arder. Muchas personas, amigos y funcionarios, me llamaron para preguntarme qué me pasaba para luego avisarme que estaban pidiendo plata a mi nombre.
Por supuesto, me siento muy estúpido, porque hilvanando lo sucedido, jamás hubiera hecho lo que hice. Pero pasó, y me salvé de la primera por un error de ellos. Esta es la historia que aún no terminó porque no tengo WhatsApp ni tampoco sé cuándo lo voy a recuperar.
También ahí se empieza uno a preguntar cómo vivíamos antes sin esta herramienta. ¿Cómo podíamos llamar directamente y del otro lado te atendían, como algo normal y sin enojarse porque lo «molestaste» o lo «interrumpiste»? Sépanlo. Hasta nuevo aviso, vuelvo a la época de las cavernas y pego un llamado directo. Si me pueden responder, mejor.