Cada vez que compramos un celular, una de las primeras obligaciones es comprar una funda para evitar que el teléfono se dañe en caso de golpes o caídas. Muchos eligen adquirir una funda de color transparente, para que se pueda ver el color del celular. Sin embargo, en muchas ocasiones este accesorio, con el pasar de los meses o años, termina cambiando su color y volviéndose amarillento.
Para que esto no ocurra, es necesario limpiarlo. En múltiples lugares hay tutoriales para que pueda volver a su color original, pero muy pocos son los que realmente solucionan este problema. Afortunadamente, esto sí es posible y acá te vamos a contar paso a paso cómo hacerlo.
¿Qué “ingredientes” se necesitan?
Para poder limpiar una funda de celular transparente, solo hacen falta elementos muy comunes. Estos los suele tener cualquier persona en su casa, lo que es bueno porque no va a ser necesario tener que gastar dinero para ir a comprarlos a un supermercado o una farmacia.
Entonces, tendrás que usar un cepillo de dientes que ya no uses, pasta de dientes o dentrífico, jabón de lavavajillas, bicarbonato de sodio, vinagre blanco y agua caliente. Con eso, alcanza.
¿Cómo hacerlo?
En primer lugar, se debe quitar la funda del celular y aplicarle tanto la pasta de dientes como el jabón. Allí, se debe usar el cepillo de dientes para poder limpiar con fuerza sobre toda la superficie durante algunos minutos hasta que queden todos los rincones totalmente enjabonados. Es importante ponerle mayor empeño a cepillar las partes que se encuentren más amarillentas.
Luego de eso, hay que colocar la funda en una superficie más grande y cubrirla con un poco de bicarbonato de sodio y, por encima de este, vinagre, generando una especie de espuma blanca. A continuación, echarle agua caliente hasta “ahogar” la funda, sin perder la espuma.
Por último, y más importante, se debe tener la funda sumergida durante 24 horas en la mezcla de bicarbonato y vinagre, con el agua caliente, para que los fluidos hagan efecto sobre el accesorio. Una vez pasado ese tiempo, limpiarla con abundante agua caliente antes de usarla y… ¡listo!
