Con mucha emoción y bajo estrictos protocolos que exige la pandemia por coronavirus, los chicos de nivel primario pudieron volver a la escuela en la ciudad de Santa Fe. La capital provincial era una de las localidades donde el Ministerio de Educación aún no había habilitado las clases presenciales de este nivel luego de su suspensión el pasado 19 de mayo.
«La sensación es de mucha emoción, porque sentimos que le ganamos un poquito a la pandemia que tan mal que nos está tratando en general», contó al móvil de Aire de Santa Fe Nilda Tagliabue, directora de la Escuela N° 13 «Dalmacio Vélez Sarsfield». Desde muy temprano y bien abrigados por el frío, los chicos retornaron a la institución y volvieron a encontrarse con compañeros y docentes.
Para la directora, hoy «la esperanza está puesta en poder sostener la presencialidad que tanto nos cuesta. Pero es ganar un poquito la batalla contra todo este dolor que nos invade y que los niños y niñas vuelvan a una normalidad en sus vidas. Están demasiado sobrecargados en casa por un montón de cuestiones que nos atraviesan y merecen este espacio de socialización donde pueden encontrarse con el otro, jugar y expresar lo que sienten en un lugar seguro».
«La sensación es de alegría porque recuperamos este espacio. Los chicos felices, se saludan, son afectuosos. Esta escuela es muy familiera, nos conocemos todos. Ojalá podamos sostenerlo. Lo fundamental es recibirlos con afecto y contención en estas dos semanas, aparte de lo curricular», señaló Tagliabue.
En burbujas, los alumnos de primaria de la escuela Juan José Paso volvieron a reencontrarse con docentes y compañeros.Maiquel Torcatt / Aire Digital
La escuela «Nuestra Señora de Fátima», también recibió a sus alumnos de nivel primario este lunes por la mañana. Vanesa Vargas, directora de la institución, habló con el móvil de Aire de Santa Fe y aseguró que «la escuela sin los chicos no tiene sentido».
«Nosotros estábamos viniendo pero los necesitábamos. Estas dos semanas nos van a ayudar a fortalecer el lazo para que después del receso podamos tener presencialidad completa», indicó Vargas y explicó que el colegio está preparado desde la llegada de los alumnos hasta su salida para mantener la distancia social, inclusive durante los recreos.
«Tenemos tres ingresos y a la salida son cuatro, tenemos varias puertas y se hace muy ágil. Diseñamos burbujas para los mismos recreos, la idea es que no se genere contacto con otras. El patio está sectorizado y los chicos saben que más allá de circular para ir al baño, deben mantenerse en su lugar y respetando el grupo», explicó.
Por último, remarcó: «Hay que reiterar todo el tiempo el protocolo, pero ellos (los alumnos) entienden que es para poder continuar. Los chicos son más flexibles y entienden perfectamente y ayudan muchísimo».
