El partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga Ceresina de Fútbol entre San Lorenzo y Ferro Dho terminó en caos cuando el encuentro fue suspendido sobre el final del primer tiempo.
Tras la expulsión, los jugadores del equipo sancristobalense reaccionaron de manera inapropiada hacia el árbitro Mauro Roldán. La situación se descontroló rápidamente, y en medio de la trifulca, tanto el personal policial como el árbitro reportaron haber sido agredidos por la parcialidad visitante.
La situación provocó que el encuentro no pudiera continuar, y ahora se espera que el tribunal de faltas de la Liga Ceresina tome una determinación sobre los incidentes y el futuro de este enfrentamiento. Los hechos ocurridos han generado un clima de tensión y descontento, dejando en suspenso el desenlace de esta fase del torneo.
La Liga Ceresina deberá evaluar los informes y testimonios para dictaminar las sanciones correspondientes. Este bochornoso episodio ensombrece lo que debería ser una celebración deportiva, poniendo en el centro de atención la necesidad de medidas disciplinarias para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
