Una joven fue detenida en la localidad santiagueña de Sumampa, acusada de darle “latigazos” a su hijo de 10 con un cable, con tal contundencia que fue denunciada por la directora de la escuela, azorada al contemplar a la víctima con surcos rojos en piernas, brazos y espalda.
Pese al hermetismo con el que el caso es investigado, se sabe que la imputada sería Ruth Sosa, de 28 años, quien fue imputada por presuntas “lesiones leves calificadas”, en perjuicio de su hijo menor.
La agresión fue descubierta y delatada el lunes 14 de octubre. El niño fue a la escuela y la directora advirtió que había sido golpeado con ferocidad. A solas, habló con el alumno y ha sido informada que su mamá lo pegó mucho con un cable.
Urgente, la docente alertó a las autoridades policiales y éstas informaron lo sucedido a la fiscal de turno, Andrea Juárez, quien, sin titubear, requirió orden de detención, con respuesta favorable refrendada por la jueza de Género, Cecilia Laportilla.
Ya con la progenitora privada de la libertad, ahora la fiscal, integrante de la Unidad de Violencia de Género e Intrafamiliar, refrendará múltiples medidas: informes médicos, un socioambiental, indagatoria, Cámara Gesell y otros procedimientos.
Por lo pronto, el médico de Sanidad Policial corroboró que las lesiones habrían sido ocasionadas por un cable, “curables en 26 días”, se supo.
La causa conllevará otras aristas. Por ejemplo, Juárez daría intervención a la Subnaf y a un juez de Menores, ya que con su madre presa, alguien tendrá que tomar decisiones trascendentes sobre el pequeño.
Prima facie, el nene quedaría a cargo de otros familiares directos, pero no es menos cierto que en pocos días será escuchado por un grupo de psicólogos en Cámara Gesell.
El objetivo de la fiscal es evitar que lo emocional prime y, sin querer, la mujer acabe beneficiada por el mismo ser al que desfiguró en su espalda, armada con un cable.