Dos de cada 100 argentinos mayores de 40 años conviven con secuelas del ACV, según el FLENI.
Dos de cada 100 argentinos mayores de 40 años conviven con secuelas de un ataque cerebrovascular (ACV), según los resultados del primer estudio latinoamericano que analiza la prevalencia y mortalidad de esa enfermedad en el país y que fueron presentados por el Instituto FLENI. Los datos permitirán mejorar la educación, la prevención y el tratamiento.
Fleni realizó una encuesta masiva de los hogares argentinos sobre el conocimiento del ACV. “El sondeo nos brinda por primera vez datos confiables sobre cuánto saben los argentinos acerca del ACV. Esta información será útil para mejorar la educación, la prevención y el tratamiento del ACV como también el establecimiento de políticas sanitarias más adecuadas en nuestro país”, destacó el doctor Sebastián Ameriso, jefe del Centro Integral de Neurología Vascular de la institución.
Los resultados generales
Uno de los datos más relevantes que arrojó el estudio es que el 95% de los encuestados dijo conocer sobre la enfermedad cerebrovascular. La mitad de ellos señaló que su información proviene de los medios de comunicación y redes sociales.
Los resultados indican que cerca del 80% identifica las enfermedades cerebrovasculares con el término “ACV”, siendo muy bajo el reconocimiento de las denominaciones “ictus”, “isquemia” o “ataque cerebrovascular”, este último término usado por sociedades científicas de neurociencias en los últimos años.
“El 60% de los encuestados consideró a la enfermedad cerebrovascular como ‘frecuente’ y más del 70% dijo que ‘puede causar incapacidad y muerte’. Estos datos indican que la población tiene conocimiento de la patología, lo cual es muy bueno, sin embargo, cerca del 30% desconocía su potencial gravedad”, afirmó la doctora Daiana Dossi, neuróloga y becaria de neurología vascular de Fleni.
Reconocimiento de síntomas, tratamiento y acción ante la urgencia
En cuanto a la identificación de los síntomas típicos de un ACV, más del 70% de los encuestados reconocen a la pérdida súbita del habla, la sensibilidad, la fuerza y la visión como indicadores de un episodio cerebrovascular. Aunque para 3 de cada 4 personas encuestadas la presencia de síntomas neurológicos representaría una emergencia, la mayoría de la población no utilizaría el sistema de emergencias para trasladarse a un hospital cercano. “El 52% iría a un centro médico por sus propios medios si presentara debilidad en las extremidades, hormigueo en un lado del cuerpo, dificultad para hablar o pérdida súbita de la visión de un ojo”, señaló el Dr. Sebastián Ameriso.
Aunque las primeras horas son vitales para que el paciente sea atendido e inicie un tratamiento acorde a su situación, los resultados del estudio indican que un tercio de los encuestados desconoce que el ACV tiene un tratamiento específico. “Cuando el ACV es abordado de forma temprana, se aumentan 50% las chances de recuperación”, destacó Ameriso.
Dejar de fumar, disminuir el consumo de alcohol, controlar la presión arterial, el colesterol y el azúcar en la sangre son hábitos saludables para prevenir las enfermedades cerebrovasculares: el 70% de los encuestados identificó a la hipertensión arterial y el colesterol elevado como los principales factores de riesgo. Sin embargo, el 45% no consideró el consumo de drogas como un causante de ACV.