Acusación del Papa Francisco, «Algunos en el Gobierno querían cortarme la cabeza”, dijo el Papa Francisco. La sorprendente revelación se vincula a un episodio en el que el cardenal y arzobispo de Buenos Aires, durante la presidencia de Cristina Kirchner, en 2010, debió declarar en un juicio por el secuestro de dos jesuitas –Ferenc Jalics y Orlando Yorio – de origen húngaro durante la última dictadura militar.
Acusación del Papa Francisco
«Algunos en el Gobierno querían cortarme la cabeza, y sacaron a relucir no tanto este asunto de Jalics, sino que pusieron en duda todo mi modo de actuar durante la dictadura”, agregó en su explicación el Papa Francisco, en una entrevista contenida a la revista «Civiltá Cattolica«.
El cardenal Bergoglio logró aclarar su actuación en esos casos, pero en la misma nota contó otro hecho relevante. Años más tarde, cuando ya él era Pontífice, uno de los jueces de este tribunal le contó sobre las instrucciones que pretendieron darles: “Habían recibido indicaciones del Gobierno para condenarme”, relató.
El caso de los sacerdotes húngaros en la dictadura
El papa explicó lo sucedido en una entrevista que le dio a una publicación internacional de los jesuitas, orden a la que él también pertenece. Los sacerdotes húngaros Ferenc Jalics y Orlando Yorio tuvieron graves problemas en la última dictadura militar en la Argentina. Sobre esos hechos, Francisco contó: «Los padres Ferenc Jálics y Orlando Yorio trabajaban en un barrio popular, y trabajaban bien. Jálics fue mi padre espiritual y mi confesor durante los primeros dos años de teología. En el barrio en que trabajaba había una célula guerrillera. Pero los dos jesuitas no tenían nada que ver con ellos: eran pastores, no políticos».
El papa relató que fueron detenidos y aunque no encontraron nada con que acusarlos, tuvieron que cumplir nueve meses de cárcel, sufriendo amenazas y torturas. Luego fueron liberados.
«Yo le aconsejé ir a ver a su madre a Estados Unidos porque la situación era realmente demasiado incierta y confusa», siguió con su relato el Santo Padre.
Entonces llegó al momento en que dijo que así surgió la leyenda de que había sido yo que los había entregado para que fueran encarcelados.
En ese momento de la entrevista dio una revelación: «Algunos en el gobierno querían ‘cortarme la cabeza’, y sacaron a relucir no tanto este asunto de Jálics, sino que pusieron en duda todo mi modo de actuar durante la dictadura.
La tardía confesión de un juez
En el diálogo con esa publicación Jesuita, Francisco recordó el desenlace para él de ese triste episodio que le que costó una falsa acusación.
Ya como papa, en una de las audiencias tradicionales vio a unas personas que le resultaban conocidas, pero no podía recordar de dónde. Eran los tres jueces que actuaron en la causa de los sacerdotes húngaros. Francisco recibió entonces, una confesión inesperada de uno de los magistrados.
Francisco dijo en la publicación:»Vino también otro de los tres jueces, y me dijo claramente que habían recibido indicaciones del gobierno para condenarme«.