La economía argentina ha estado marcada por una serie de altibajos en los últimos meses. A pesar de algunos signos de recuperación en ciertos sectores, como el financiero, el agrícola y el minero, la mayoría de la economía sigue enfrentando desafíos significativos. Este artículo explora las dinámicas actuales de la actividad económica en Argentina, analizando los sectores que están impulsando el crecimiento y aquellos que continúan en declive.
Repunte leve en la actividad económica
En agosto, la actividad económica en Argentina mostró un leve incremento del 0,3% en comparación con julio. Sin embargo, este crecimiento es interpretado más como un respiro temporal que como una señal de recuperación robusta. Las proyecciones para septiembre apuntan a una caída del 0,8%, lo que sugiere que el tercer trimestre podría cerrar con un retroceso del 0,3%. Este escenario establece un contexto de recesión técnica, caracterizada por dos trimestres consecutivos de disminución en la actividad económica, según la consultora Orlando J. Ferreres & Asociados.
Sectores destacados en medio de la crisis
Mientras que la mayoría de los sectores económicos enfrentan dificultades, algunos han mostrado un desempeño notable. El sistema financiero, la minería y el agro destacan por sus signos de mejora. Esto puede atribuirse a la política económica del gobierno, que ha favorecido a estas áreas a través de:
- Un tipo de cambio favorable
- Acceso a créditos en pesos y moneda extranjera
- Reducción de derechos de exportación
Por otro lado, el consumo interno ha disminuido, afectando gravemente el turismo, las compras al exterior y la producción local. Esta situación ha llevado a una caída significativa en el empleo en diversas industrias.
Etapas de la actividad económica durante la gestión actual
La Fundación Mediterránea ha identificado tres etapas clave en la actividad económica bajo la actual administración:
- Una disminución acelerada, donde la economía se redujo un 3,8%.
- Un rebote de 10 meses que resultó en un incremento del 8,7% en la actividad económica.
- Una contracción del 1,1%, dejando un saldo final del 3,4% por encima de los niveles de noviembre de 2023.
Este análisis revela que, a pesar del aparente crecimiento en ciertas fases, la economía en general ha estado marcada por una alta volatilidad y desigualdad entre sectores.
Desempeño desigual en las principales actividades económicas
En la última fase analizada, solo dos sectores lograron un crecimiento significativo: la intermediación financiera (+8,8%) y la minería (+5,8%). Los demás sectores permanecieron estancados o disminuyeron en términos de actividad, lo que indica una heterogeneidad preocupante en el desempeño económico.
Los sectores que más han crecido en este periodo incluyen:
- Intermediación financiera: +25%
- Minería: +15%
- Agro: +10,6%
Sin embargo, entre los más rezagados se encuentran actividades como la construcción (-13%), la industria (-6,7%) y el turismo (-4,4%). Este último, especialmente en su vertiente internacional, ha sido gravemente afectado, con una caída del 26% a nivel nacional.
Producción industrial: un panorama desalentador
El desarrollo de la producción industrial se ha caracterizado por una predominancia de resultados negativos. Según el último informe, solo cinco de las 16 ramas industriales se encuentran en crecimiento en comparación con noviembre de 2023. Las áreas más golpeadas son:
- Productos textiles: -29%
- Productos minerales no metálicos: -20%
- Productos de metal: -20%
Por otro lado, hay sectores que han logrado esquivar esta tendencia negativa, como:
- Producción de equipos, aparatos e instrumentos: +6%
- Refinación de petróleo: +5,9%
- Producción de alimentos y bebidas: +5%
Esta disparidad en el rendimiento sectorial destaca la fragilidad de la recuperación económica y la necesidad de un enfoque más equilibrado en la política económica.
Perspectivas futuras y desafíos pendientes
De cara al futuro, la actividad económica podría enfrentar nuevos retrocesos si el gobierno continúa con políticas que refuercen la apreciación del peso y mantengan restricciones salariales y jubilatorias. La situación de los jubilados y pensionados es especialmente alarmante, ya que el bono de $70,000 destinado a quienes tienen haberes mínimos permanecerá congelado. Esto refleja una falta de ajuste acorde con la inflación, perpetuando una pérdida acumulada desde 2017.
El gobierno actual ha puesto su esperanza en el agro y la minería como motores de divisas, con la expectativa de que este crecimiento se “derrame” sobre otras actividades. Sin embargo, esta estrategia podría afectar negativamente la producción interna y el mercado local, tal como ha sucedido en los dos primeros años de la gestión de Javier Milei.


