Cirugía de Carolina Oltra, El 9 de abril, Carolina Oltra hizo un posteo en Instagram, donde tiene más de 128 mil seguidores, para contar que se había operado, esta vez, para retirarse los implantes mamarios que antes se había puesto. Sacarse las tetas. “¡Y un día fui libre y le dije BASTA a estas bolsas tóxicas repletas de metales pesados lastimando a mi cuerpo!”, escribió la modelo, en un largo posteo sobre la “enfermedad de los implantes mamarios”, también llamada enfermedad de ASIA. La publicación tuvo 11.558 “me gusta” y gran impacto mediático. Apareció el temor: ¿toda persona que se haya realizado una cirugía plástica puede sufrir esta enfermedad? “Es una entidad de muy baja frecuencia, que puede manifestar una serie de síntomas y signos, porque es autoinflamatoria o autoinmune, producto de que el organismo genera una respuesta al implante”, plantea Carlos Arce, que es presidente de la Región Rosario y Litoral de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora.
La cirujana que operó a Caro Oltra es Carolina Schneider, y su respuesta es bien cauta. “Se armó bastante revuelo por el tema, principalmente porque el síndrome de ASIA como tal no está completamente estudiado, no hay ningún estudio que demuestre de forma fehaciente la acción del implante mamario como coadyuvante para generar una enfermedad autoinmune”, plantea la profesional.
Arce subraya que “la colocación de implantes para cirugía plástica ocurre desde 1960”. Tanto él como Schneider apuntan, primero, a la generalizada presencia de las siliconas en medicina. “Hay muchos materiales con siliconas”, dice Schneider. “No solamente el agente que ocasiona este síndrome son los implantes mamarios, sino un montón de otros, como los implantes de válvulas cardíacas y todos los que contengan siliconas”, suma Arce.
Los comentarios a la publicación de Oltra fueron diversos. “Antes de tirar algo así, que realmente preocupa y asusta, hay que tomar conciencia que no toda mujer que se coloca prótesis es por ser esclava de algo. Te olvidaste de las mujeres a las que, luego de pasar por una mastectomía y quimioterapia, tal vez el tenerlas nos da esa libertad de volver a construirnos”, dice uno de los mensajes, que llama a “tener cuidado con este tipo de mensaje en redes”. Es que además de las cirugías estéticas, están las llamadas reparadoras.
Otra mujer planteó: “Gracias por hacerlo visible vos, que tenés mucha más llegada que cualquiera de nosotras. Estuve muy mal durante años con 33 síntomas, sin respuesta medica alguna. Creí morir un poquito cada día, hasta que de casualidad vi un testimonio y me di cuenta de que eso era lo que me estaba matando lentamente, estaba envenenada. Me explanté hace 4 meses y volví a nacer, ¡literal!”, dice otro mensaje.
Angie Monasterio es la cara visible de la lucha contra la “Enfermedad de los Implantes Mamarios”, y creó un grupo privado de Facebook, que tiene 22.000 integrantes, así como una cuenta de Instagram, con más de 26.000 seguidores. Allí hablan de “respuesta en reacción al cuerpo extraño, las toxinas y el estrés oxidativo de los implantes mamarios”.
Angie Monasterio, la fotógrafa que se sacó sus implantes mamarios y armó un grupo de Facebook para acompañar a otras mujeres.
El revuelo que armó Caro Oltra motivó un comunicado conjunto de tres entidades científicas. “Las recientes menciones en las redes sociales de posibles enfermedades asociadas a la colocación de implantes mamarios, originaron un aumento de consultas por parte de pacientes a los cirujanos plásticos y mastólogos. Es por esto que la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica y la Sociedad Argentina de Mastología, en conjunto con la Sociedad Argentina de Reumatología, como sociedades científicas se ven en la necesidad de compartir la siguiente información”, es el encabezamiento de un largo comunicado en el que aseguran que “no existe ningún trabajo con evidencia científica suficiente para relacionar las enfermedades reumáticas o autoinmunes, directamente con la silicona. De hecho, en la década del 90, la FDA (Food and Drug Administration) en Estados Unidos suspendió temporalmente el uso de implantes de silicona para estudiar esta posible relación, pero al no poder comprobarse relación directa, los implantes volvieron a tener aprobación para uso médico en los Estados Unidos y continuaron comercializándose en todo el mundo”. También detallan la forma de proceder ante la aparición de síntomas.
Por su parte, Arce recordó que “publicaciones recientes lo han relacionado con 0,8 de frecuencia, con lo cual la aparición de este síndrome no estaría con mayor frecuencia relacionado que en pacientes que no tienen implantes”.
Schneider destaca que “no es para alarmar”. “Si no todas las personas que tienen implante mamario van a pensar que tienen una enfermedad autoinmune. Puede existir una relación, no lo niego, hay muchas mujeres que refieren síntomas a partir de la colocación, pero son tan diversos, como fatigas, dolores articulares, intestinales, que cuando vas al médico, muchos te dicen que se debe al stress”, agrega.
Ante la aparición de síntomas, la paciente puede recurrir a su cirujano plástico, que hará una interconsulta con un reumatólogo (quienes tratan las enfermedades autoinmunes) para evaluar si se retira la prótesis.
Según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (Isaps, por sus siglás en inglés), en 2020 se realizaron 1 millón 624 mil cirugías para aumentar los senos en el mundo. Los países donde más cirugías plásticas se realizan son Estados Unidos y Brasil. Argentina está en séptimo lugar. Fueron 56.640 las operaciones para aumentar el volumen de los senos en 2020 pero también 6.740 para retirarse los implantes.
Esa tendencia a “sacarse” los implantes la puede ver Schneider en su consultorio. “A veces son como modas, también. En un momento se usó ponerse un montón, ahora estamos en una onda más natural, aceptarse como somos, no tener nada extraño al cuerpo, y no se trata sólo de quitarse el implante, hay otras pautas, como una alimentación natural, hacer deportes. Es un cambio de vida. Es una tendencia”, plantea la cirujana plástica. En su caso, tiene pacientes a las que implantó hace 15 años, y muchos años después, hace unos años, fueron a sacárselos. “Por molestias, porque ya no les gusta, porque se sienten más gordas con los implantes”, cuenta las razones.
En la misma publicación de Oltra que motivó toda la conversación pública, hay un comentario que resalta. “La verdad es que desde adolescente, mis mamas siempre fueron chiquitas, insignificantes para algunos y en mi época se usaba tenerlas grandes, pero siempre fui fiel a mi cuerpo y siempre tuve la certeza de quererme tal cual soy, por eso nunca recurrí a los implantes. Esta información está muy buena para que tomen conciencia, no sigan estereotipos y se quieran y acepten tal cual son”, dice una usuaria de Instagram, donde hoy se condensan buena parte de los discursos que circulan.