Se ha comprobado que cuando estamos alegres esta glándula crece y cuando estamos estresados se encoje. Conoce cómo estimularla.
¿Alguna vez escuchaste hablar del timo? Pues bien, se trata de una pequeña glándula que se encuentra en la entrada del tórax, en el centro de tu pecho, detrás del esternón.
“Thýmos”, en griego, significa energía vital. Y esto explica su función. El timo forma parte de nuestro sistema inmune, que nos protege frente a las enfermedades. ¿Cuál es su función? Producir linfocitos T, células que nos defienden atacando a otras células extrañas y bacterias.
Además, distintas investigaciones han demostrado que el timo está influido por los estados emocionales. Por eso, algunos la llaman “la glándula de la felicidad”. Se ha comprobado que cuando estamos alegres crece y cuando estamos estresados, se encoje. De hecho, una intensa carga emocional negativa puede disminuir su capacidad hasta en un 50%. No es extraño, entonces, que cuando estemos tristes seamos más susceptibles a enfermarnos.
Pero el cuerpo no distingue qué emociones son “reales” y cuáles son creadas por nuestra propia mente. Por eso, los pensamientos positivos y negativos pueden ayudar o dificultar el funcionamiento del timo y, por ende, de todo el sistema inmune dice la BioGuia.
Cómo estimular la glándula de la felicidad
No siempre nuestras defensas se encuentran en equilibrio. Por eso puedes ayudar a estimular el timo todas las mañanas haciendo algo muy sencillo. Siéntate en una postura cómoda, cierra tus manos en un puño y date pequeños golpecitos como si fueras Tarzán. ¡Sí! ¡En el centro del pecho!
Acompaña los movimientos con tu respiración. Puedes inhalar dando un golpecito más intenso y exhalar dándote dos o tres más suaves, como marcando un ritmo.
Haz estos ejercicios durante tres a cinco minutos, con calma, observando la vibración que se produce en el pecho y que resuena en todo tu cuerpo.
Activando el timo puedes aumentar tu sensación de bienestar y felicidad, ganar fuerza y salud.