Agustina Vivero, su verdadero nombre, logró reconocimiento y popularidad a través del Fotolog como Cumbio, la plataforma que dio pie al nacimiento de los floggers como «tribu urbana». Supo tener miles de seguidores y doce años después de su salto a la fama, se adaptó a Instagram donde mantiene una gran cercanía con los usuarios.
En comunicación con DiarioShow la blogger recordó sus años como Cumbio y reveló: «Ser reconocido y tener muchos seguidores se volvió muy divertido, como un juego. Un poco como una competencia para ver quién tenía más seguidores, pero lo vivía como un juego».
En ese sentido, comparó el alcance que supo tener la plataforma de Fotolog con las redes sociales actuales y aseguró: «Lo más copado era que desde la computadora de tu casa, desde tu habitación tenías llegada a 300 mil personas que en ese momento era increíble. Hoy muchas más gente tiene más acceso a las redes desde el smartphone, pero en ese momento Fotolog no estaba en los celulares».
Cumbio fue una de las primeras personas en traspasar los medios y llevar su popularidad a encuentros masivos presenciales entre jóvenes en la puerta del shopping del Abasto, algo que no se había visto todavía en el mundo. Por su gran convocatoria y llegada a las personas a través de las redes, en 2018 fue reconocida con el Martín Fierro Digital a «la primera influencer argentina».
Pero después de publicar un libro, visitar varios estudios de televisión, hablar con políticos como Gabriela Michetti y ser entrevistada por el New York Times, Cumbio decidió bajar su exposición y dedicarse a su carrera.
«Cuando se estaba apagando la moda del Fotolog me encontraba que me llamaban mucho los canales, y no tenía nada piola para contar. Entonces dije que me iba a tomar un tiempo para estudiar, dedicarme a mi carrera y me puse a trabajar a full», recordó. Gracias a su formación en Marketing Digital llegó a administrar las redes sociales de Mirtha Legrand.
Administra cuentas de famosos
Ahora, Cumbio es una de las personas que está detrás de las cuentas de personalidades de la farándula argentina como Mariano Iúdica, Jorge Rial, Silvina Luna, Pamela David, Romina Pereiro y otras. Además administra junto a un equipo las cuentas de marcas de gastronomía, jugueterías, aplicaciones y hasta fábrica de cables.
«Me di cuenta que me interesaba la comunicación digital, era lo que se me daba bien, lo que me gustaba y empecé a trabajar con artistas. Todo eso hizo que no me quedara tanto tiempo para mí, para estar delante de la cámara y tampoco era lo que más me interesaba ni me llamaba la atención», explicó sobre la baja de su exposición.
Sin embargo en su cuenta de Instagram (@SoyCumbio) cosecha más de 75 mil seguidores y sus publicaciones alcanzan miles de «me gusta». «No dejé de lado lo que hago como influencer, me ocupo de mis redes, pero es más importante para mi lo que hago a nivel profesional», reconoció la blogger.
Planes a futuro
Antes de la llegada del coronavirus, Agustina estaba por lanzar su primer workshop en capacitación digital. Pese a que la pandemia arruinó sus planes, evalúa la posibilidad de poder realizarlo en formato virtual.
Además, adelantó que en las próximas semanas lanzará su propia agencia de Marketing Digital: «Ruido Social media». «Con mi equipo nos capacitamos constantemente y nos actualizamos para no quedarnos atrás», garantizó.
En cuánto a la importancia de las redes destacó que la cuarentena «es un buen momento para que la gente aproveche el tiempo para aprender a usar las herramientas digitales que son gratuitas y son tan buenas».
Cuál es la clave para ser un buen influencer
Con años de experiencia en el mundo virtual, Cumbio consideró que para convertirse en influencer es muy importante «crear un personaje que te diferencie de todos los demás».
«Tenés que tener algo con que la gente te recuerde. Cada influencer tiene algo que hace que lo recuerde, una diferencia, es clave», remarcó.
En ese sentido evaluó qué fue lo que la llevó a volverse un ícono y ganar tanta influencia durante su juventud: «Creo que mi fotolog se hizo conocido porque yo tenía novia en ese momento y era algo muy raro que una chica subiera fotos besándose con otra chica siendo adolescente». Pero también advirtió: «Es muy loco porque no es algo que me debería haber hecho diferente«.