La madre de la adolescente atacada denuncia la falta de responsabilidad de los agresores, la ausencia de respuestas judiciales y la indiferencia institucional. “Solo quiero que mi hija se sienta segura otra vez”, expresó.
El dolor detrás del video que se viralizó
Dos días después del violento episodio ocurrido a la salida de una escuela, la familia de la adolescente golpeada continúa atravesando un profundo dolor. El caso tomó trascendencia tras la difusión de un video donde se observa a otra joven atacando brutalmente a la víctima.
Sin embargo, mientras el material se reproduce en redes sociales, las respuestas que la familia espera aún no llegan.
El descargo de la agresora y un nuevo golpe para la familia
En las últimas horas, la agresora se expresó públicamente y lo hizo —según la madre de la víctima— de un modo despectivo, no solo hacia la joven herida sino también hacia su abuela, minimizando lo ocurrido y ridiculizando el sufrimiento que atraviesan.
Estas manifestaciones reabrieron heridas y expusieron la ausencia de contención, empatía y límites por parte del entorno de la agresora.
Responsabilidades que nadie asume
“¿Cómo debemos actuar?”, se pregunta la madre. A 48 horas de los hechos, nadie de la otra familia se habría acercado para asumir responsabilidad alguna por lo ocurrido.
La mujer también se cuestiona:
- ¿Responderá la justicia?
- ¿Habrá consecuencias reales para quien agredió a mi hija?
- ¿Los padres de la agresora se harán cargo de sus dichos y acciones?
Hasta el momento, la duda se impone a la certeza.
Visibilidad mediática y búsqueda de respuestas
El caso cobró visibilidad gracias a que el video se viralizó rápidamente. Sin embargo, la madre sostiene que la exposición del ataque no se tradujo en respuestas institucionales, y teme que el episodio quede reducido a un contenido de redes sociales.
Por eso, se pregunta si serán finalmente los medios quienes deban ayudar a que el caso avance y se investigue como corresponde.
“Mi hija solo quiere sentirse segura”
El estado emocional de la adolescente es el principal eje que hoy preocupa a la familia. La madre asegura que la paciencia se agota:
“Solo deseo que se haga justicia y que mi hija pueda sentirse nuevamente segura”.
Mientras la comunidad educativa observa con preocupación este nuevo caso de violencia entre estudiantes, la familia insiste en que no busca venganza, sino protección, contención y un proceso claro que marque límites.












